Cada día con mayor frecuencia se oye la expresión: hemos de ir hacia un "desarrollo sostenible", en muchos casos notas que cuando se habla de sostenible no se entiende realmente lo que se quiere decir. Hay que recordar antes de seguir que "no hay desarrollo sostenible si no se erradica el hambre", lo demás son entelequias, buenas intenciones, etc.
En un documento de políticas preparado para la Cumbre de Río 20 que se llevará a cabo durante este mes en Río de Janeiro, la FAO indica que "no es posible realizar un desarrollo sostenible si no se erradican el hambre y la desnutrición. "El desarrollo no se puede llamar sostenible mientras persista esta situación, mientras uno de cada siete hombres, mujeres y niños queden rezagados, víctimas de la subnutrición", afirmó el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.
Recuerdo que en el año 2050 se prevé que la población mundial será de 9.000 millones de personas, con mayores ingresos y una demanda más grande de alimentos. La presión sobre los sistemas agrícolas y alimentarios mundiales y sobre los recursos que utilizan aumentará.
Y es que a menos que se tomen medidas decididas, el aumento de la producción de alimentos del 60% que es necesario para afrontar la demanda efectiva seguirá dejando rezagados a 300 millones de personas que previsiblemente sufrirán hambre en 2050 porque seguirán sin medios para tener acceso a los alimentos. La única forma de lograr su seguridad alimentaria es crear empleos decentes, con mejores salarios, darles acceso a los activos productivos y distribuir el ingreso en forma más equitativa.
Hay que incorporarlos en la sociedad, complementando el apoyo a los pequeños propietarios y las oportunidades de generar ingresos con el fortalecimiento de las redes de protección, programas de efectivo por trabajo y de transferencia de efectivo que contribuyan a fortalecer la producción local y los circuitos de consumo, en un esfuerzo que contribuya a nuestras metas de desarrollo sostenible.
La FAO, según el documento preparado para la Cumbre, piensa que es posible alimentar a toda la población del planeta si se toman decisiones políticas firmes para mejorar el acceso de las personas pobres a los alimentos, los niveles de desperdicios de alimentos y la forma en que se emplea la agricultura con fines no alimentarios. Todo depende de las opciones que se tomen hoy en la gestión de los sistemas agrícolas y alimentarios.
Pide, al mismo tiempo, una mejor gobernanza del sistema alimentario y agrícola como requisito para un futuro sostenible. Parte del debate en torno a la buena gobernanza también tendrá que decidir quién paga estos costos.
El documento expone que los sistemas justos y eficaces de gobernanza son transparentes, participativos, orientados a los resultados y con rendición de cuentas, de carácter mundial, regional, nacional y subnacional. El informe cita el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial reformado, que ahora incorpora a un gran número de partes interesadas, como gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones internacionales y del sector privado, como uno de los modelos que sería posible seguir.
La FAO llamó a los gobiernos asistentes a Río 20 a que se comprometan a reducir el hambre y la malnutrición más rápidamente; a utilizar las directrices voluntarias sobre el derecho a los alimentos y la tenencia de la tierra para lograr la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible equitativo; para dar apoyo a la ejecución de enfoques técnicos y normativos del desarrollo agrícola que incorporen objetivos de seguridad alimentaria y ambientales; asegurar que los costos y beneficios de la transición hacia la producción y el consumo sostenibles de alimentos se distribuyan con igualdad; adoptar enfoques integrados para realizar sistemas sostenibles en la agricultura y los alimentos; ejecutar reformas en la gobernanza para asegurar que se cumplan las políticas y los compromisos.
Jesús Domingo