Sr. Director:
Estamos de nuevo con la polémica sobre las embajadas autonómicas. El gobierno las quiere limitar y Mas dice que criticarlas es tener una mentalidad "rancia".
Estamos de nuevo con la polémica sobre las embajadas autonómicas. El gobierno las quiere limitar y Mas dice que criticarlas es tener una mentalidad "rancia".
Lo cierto es que las embajadas catalanas no han sido un ejemplo de buena gestión. No han dado frutos y sólo han sido noticia por sus lujosas sedes como la del Rockefeller Center de Nueva York o los nombramientos a dedo de familiares como Apel·les Carod-Rovira.
Además, ningún país de Europa admite que sus regiones tengan embajadas por el mundo por ahorro de costes y respeto a una función propia del Estado. Ni Baviera ni Sajonia ni Zúrich, por poner tres ejemplos de territorios de estados tan descentralizados como Alemania y Suiza, tienen ninguna embajada por el mundo.
Debe ser que los suizos, los alemanes y el resto de europeos son unos "rancios". Quizá lo moderno y guay es el enchufismo, el derroche y duplicar la administración.
Carmen B. Fernández