Sr. Director:

Tras innumerables dimes y diretes, en las escuelas de Cataluña, de 30 horas semanales, ni siquiera 3 serán en castellano, ni el 10%. Carod-Rovira está con una sonrisa de oreja a oreja, pero existen sobrados motivos de preocupación. Por una parte, debemos preguntarnos por qué las leyes orgánicas, de obligado cumplimiento en todo el territorio nacional, se saltan a la torera por un gobierno autonómico, que cede ante los independentistas. En segundo lugar, esta decisión agravará el pésimo conocimiento de español entre los escolares de Cataluña, algo que se hace cada día más evidente. Y por último, no nos engañemos, la lengua en la escuela es un poderoso instrumento de formación de identidad. ¿Alguien ha medido las consecuencias de tratar como una lengua extranjera en las escuelas catalanas a la lengua común de todos los españoles?

María Palacios

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