Habrá que estar de acuerdo con casi todos los analistas que han desmenuzado el discurso de Mr. Bean del pasado jueves noche, pero para llegar a la conclusión opuesta: lo del jueves ha sido todo un éxito de ZP y probablemente le asegurará un largo futuro en el Palacio de la Moncloa.
Es cierto que los terroristas no ha manifestado arrepentimiento alguno -es más su chulería no deja de crecer por los asesinatos cometidos- y recuerden: no hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón.
Es cierto que Mr. Bean no ha hecho otra cosa que cumplir las exigencias de ETA, razón por la cual Batasuna está muy contenta.
Es cierto que esto no es una negociación sino un chantaje, porque ETA no se ha disuelto, ni ha entregado las armas, ni ha puesto fecha a su abandono definitivo de la violencia.
Es cierto que la hoja de ruta la marca ETA- Batasuna y que Zapatero no hace otra cosa que cumplir mansamente las exigencias del diario Gara, por ejempl cuando asegura que respetará las exigencias del pueblo vasco en este proceso.
Es cierto que ha vuelto a meter la pata de la misma forma que hizo con el Estatut, cuando aseguró que aceptaría cualquier texto llevado desde el Parlamento catalán y luego tuvo que corregir a toda prisa dicho texto.
Es cierto que en el futuro del País Vasco y de Cataluña no sólo tienen derecho a opinar vascos y catalanes, sino todo el Estado.
Es cierto que Zapatero miente cuando afirma que no habrá cesiones políticas: ya las ha habido.
Es cierto que Zapatero miente cuando habla de la dignidad de las víctimas. Es más como éstas le han recordado con su declaración del jueves lo que hace es legitimar a los asesinos. Es cierto que ETA no ha declarado un alto el fuego porque haya cambiado de opinión sino porque no podía mantener por más tiempo la clandestinidad terrorista. Es decir, que Zapatero les ha dado armas, les ha proporcionado oxígeno.
Todo lo anterior es cierto, pero se equivocan quienes piensan que Zapatero se ha equivocado políticamente. Todo lo contrario. Nuestro Mr. Bean es un personaje nefasto para España, un resentido que nos conduce al abismo, pero eso no significa que no sea un espléndido animal político. La ética utilitarista que domina la sociedad española es de corte finalista. Es decir, considera que el fin justifica los medios. Juan Español, no lo duden, aceptará cualquier injusticia o indignidad, con tal de que cese la violencia. Y si dicha violencia cesa, tendremos Zapatero en Moncloa por veinticinco años.
Lo que Zapatero ha comprendido y no ha comprendido el Partido Popular es esa teología finalista que empapa a los españoles. Y cuanto más se empeñe la derecha es discutirle los medios cuando él habla de fines, más aislada se quedará. Y ese es precisamente el único objetivo político de Mr. Bean.
Eulogio López