"Un 15% de los costes de producción de huevos deriva del cumplimiento de las normativas", se leía el pasado día 15 en una nota preparada por el Instituto LEI de la Universidad de Wageningen (Holanda).
Y es que en los últimos años, en el sur y este de la UE, muchas explotaciones de producción de huevos han tenido que adaptarse a las nuevas normativas de bienestar, sustituyendo sus jaulas convencionales por jaulas enriquecidas. En consecuencia, los costes de producción se han elevado en torno a un 7%, de acuerdo con un estudio elaborado por el Instituto LEI.
Ya en 2011, antes de la entrada en vigor de la directiva de bienestar de las ponedoras, los costes de producción de huevos en países terceros, como Argentina, Ucrania, EEUU e India, eran entre un 20-30% más bajos que los de la Unión Europea (UE). Estos menores costes de producción son debidos a menores costes de la alimentación, de la mano de obra y a la ausencia de costes para gestionar los subproductos. Además, en estos países no tienen que cumplir la estricta legislación existente en la UE.
Según el estudio, en 2012, en la UE, el porcentaje de costes de producción derivados del cumplimiento de las normativas comunitarias vigentes (bienestar, seguridad, sanidad y medio ambiente) supera el 15%.
Por este motivo, el estudio defiende que los aranceles de importación que protegen al sector de la entrada masiva de huevos y ovoproductos de terceros países tiene que mantenerse, de lo contrario es imposible ser competitivos.
Domingo Martínez Madrid