Sr. Director:
EE.UU amenaza con aumentar el arancel a las mandarinas valencianas y el Gobierno de ZP dice que no puede impedirlo. El Departamento Comercial de EE.UU incluyó la mandarina en la lista de productos europeos que serán gravados con arancel extraordinario. O se paga ese plus o lo tenemos difícil para nuevas exportaciones. La Administración Bush reacciona apretando clavijas comercialmente. Si antes fue el jamón, ahora, las mandarinas. Bush sabe presionar. No perdona, como rencoroso que es, que España se fuera de Iraq, se permite tal licencia y nos baila al son de su música. Y si nos alejamos de él, vean las consecuencias: no compra, retira embajador, rompe conversaciones e incrementa aranceles, etcétera. Su prepotencia es un problema para los anhelos de libertad de muchas naciones y Estados. "O estás conmigo o te hago entrar por el aro y las pasarás canutas", tal es su estrategia: apretar suave, pero apretando, al fin y al cabo.
La mandarina valenciana es una fruta valorada, estimada y bien pagada en EE.UU como único producto citrícola que importa, desde que apenas nos compra zapatos ni jamones -menos aún los de jabugo y pata negra-. Aunque los optimistas crean superar las sesenta mil toneladas de 2003, si a la más mínima escrupulosidad EE.UU nos prohíbe introducir mandarinas porque en millones de unidades una sale mala, apañados vamos.
No hay manera de que EE.UU nos quite de su "lista negra". Es nuestra "mosca cojonera buscándonos las cosquillas. Mientras, a las aduanas españolas se les "escapa" aplicar mayor rigurosidad arancelaria a las importaciones. ¿Qué harán los agricultores valencianos preocupados ante la amenazante subida del arancel y posible prohibición de mandarinas? ZP no va a poder presionar si no mejoran las relaciones entre Madrid y Washington. Ni fue bueno el sucursalismo con Aznar ni ahora nos favorece el pasotismo con ZP. ¿No es posible un punto de equilibrio? Así nos va...
Josep Esteve Rico
ricosogorb@cjav.org