Veamos uno de los temas de debate de actualidad. El traspaso de Cercanías. El Gobierno ofreció el traspaso a todas las CCAA que lo pidieran, pero posteriormente ZP se lo negó a Esperanza Aguirre. Según la ministra de Fomento, "es necesario una reforma estatutaria". Aguirre no está de acuerdo. En el artículo 26.1.6 del estatuto madrileño se dice que la Comunidad tendrá competencias exclusivas sobre los ferrocarriles que transcurran "íntegramente" por la comunidad.
Y ahí está el problema. Porque ocurre que los servicios de Cercanías de Madrid nacen fuera de la Comunidad: Ávila, Guadalajara y Segovia. Técnicamente pues, no sería posible el traspaso. Aunque la realidad es que el tráfico de estas líneas fuera de la Comunidad es mínimo. Técnicamente el traspaso no sería posible. Aunque bastaría con cerrar un convenio para solventar el problema. Es lo que se ha hecho con Guadalajara para cerrar el Consorcio de Transportes. El sistema es fácil. Tan sólo hace falta voluntad política.
En todo caso, Aguirre recula, porque también Fomento recula. No se realizará el traspaso hasta que no haya acuerdo con los sindicatos. Es lo acordado en la reunión mantenida hasta la madrugada del viernes entre sindicalistas y Gobierno. Así que Aguirre espera ahora a "participar en la gestión o en las transferencias".
Por otra parte, su discurso privatizador no termina de convencer a los sindicatos. "Soy partidaria de la gestión privada de los servicios de titularidad pública". Es lo que propone para aeropuertos, modelo Chicago, donde cada compañía es dueña de una parte del aeropuerto y la gente es cliente de esa compañía no usuaria del aeropuerto. En el caso ferroviario, la propuesta sería la misma, asumiendo que las vías seguirían siendo propiedad del Adif. Con la Iglesia hemos topado, porque mencionar la palabra "privatización" a los sindicatos es tener garantía de conflicto laboral. Pero hacerlo a los sindicatos ferroviarios es sinónimo de huelga indefinida.