• Cristóbal Montoro gana enteros, con mayor apoyo del aparato del partido.
  • La gestión del caso Bankia y el tratamiento a Rato han jugado en su contra.
  • Guindos será quien anuncie el nombre del gobernador, pero no quien lo decida.
  • Y encima no consigue imponer sus tesis fiscales: Montoro insiste en no subir el IVA ni en pagar las cuotas.

El ministro de Economía, Luis de Guindos (en la imagen) juega un papel fundamental en Bruselas y eso, ahora mismo, es muy importante. Sin embargo, en el seno del Gobierno está siendo discutido y su pulso con Cristóbal Montoro lo está ganando el de Hacienda por goleada.

Lo cierto es que el titular de Hacienda cuenta con el apoyo del aparato del PP, es hombre de partido, muchos años en los gobiernos de Aznar y otros tantos en el Europarlamento, como portavoz económico de la oposición.

Lo cierto es que la política económica del Ejecutivo Rajoy lleva la firma de Montoro, quien ganó su primera batalla cuando, puestos a elegir entre una subida del IVA y otra del IRPF, se optó por la segunda, la tesis defendida por Montoro.

Pero el principal motivo de que Guindos esté cuestionado ha sido el tratamiento de la quiebra de Bankia. En dos vertientes: la primera en haber permitido que fuera el nuevo equipo directivo de Bankia quien decidiera cuánto dinero necesita la entidad para ser reflotada. Una cantidad que ha dejado helada a toda España y que seguramente podría haber oscilado a la baja.

Segunda cuestión, más relevante: el tratamiento dado a la salida de Rodrigo Rato, precisamente tan amigo de Guindos como de Montoro. El titular de Economía cedió a las presiones de otros banqueros, precisamente del presidente del BBVA, Francisco González, empeñado en la salida de Rato de Bankia. En efecto, lo consiguió... y el icono económico del PP, el hombre del milagro económico, se ha convertido en sujeto de banquillo, a pesar de que no recibió ninguna ayuda para Bankia.

Un detalle: Guindos anunciará quién es el gobernador del Banco de España, sustituto de Fernández Ordóñez, pero no será él quien lo decida.

De postre, Montoro se niega a aceptar una subida del IVA, alternativa de Luis de Guindos, y el secretario de la Seguridad Social, Tomás Burgos, incluso llegó a decir que no era posible reducir las cotizaciones sociales porque había "tensiones de liquidez". Y no olvidemos que las cuotas sociales financian el pago de pensiones y los subsidios de desempleo.

En otras palabras, la rigidez de Montoro se impone a un Guindos que considera que sólo con ajustes no va a ser posible crear empleo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com