Se van a endurecer las condenas para los delitos capitales, entre los que se halla lo ocurrido con los niños Ruth y José Bretón que fueron calcinados en la finca de su propio progenitor.

Continuará en la cárcel. Allí será objeto de "revisiones periódicas" para comprobar que puede reinsertarse en la sociedad y que no tornará a "cometer ese mismo tipo de delito". Esto no supone que se le haya castigado a la cadena perpetua revisable.

Una prórroga en prisión, si no hay seguridad de que vuelva a la sociedad sin problemas, correspondería a cadena perpetua. Un mínimo de 30 años de presidio revisando, la situación del preso, periódicamente.

Por otra parte, el asesino Anders Behring Breivik (en la imagen) no está trastornado ni padeció un arrebato mental transitorio. Exterminó a 77 jóvenes a sangre fría en Oslo y en la isla de Utoya. Noruega tiene un sistema penal inflexible y que se ha abastecido de instrumentos legales y represivos adecuados bajo riguroso control judicial.

Este homicida múltiple, conspirador y sanguinario fue castigado a la pena máxima de 21 años de prisión prorrogables, lo que puede identificarse como cadena perpetua. Según la legislación noruega, una vez cumplida la condena, los tribunales pueden dilatarla de forma indefinida cada cinco años, si cavilan que el convicto es una amenaza para la sociedad.

También, el asesino y violador José Franco de la Cruz salió de la cárcel después de cumplir 21 años de condena. A los pocos meses de su libertad, ha sido detenido de nuevo por la Policía, por una agresión sexual a una niña indigente. A los violadores reincidentes se les debe apartar de la sociedad; el correctivo debe ser la cadena perpetua, no revisable.

Sin embargo, Estados Unidos y China encabezan el ranking de los países con más condenas a muerte. Fueron ejecutados más de 2.000 moradores del corredor de la muerte en 22 países y juzgadas más de 5.000 personas, según comunica Amnistía Internacional.

En los últimos 25 años el número de países que ajusticiaron a condenados a la pena capital ha decrecido en un 50%. México y Liberia son los países que han eliminado la pena de muerte de su legislación.

Los detractores de la pena capital aseveran que es inhumano y que supone trocar al Gobierno en ejecutor, impidiendo reparar deslices judiciales, que cuando se originan, son irreparables.

Por último, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU ratificó una resolución en la que se pedía, a todos los países del universo, prohibir la pena de muerte, proteger la dignidad y los derechos inalienables de toda persona humana, en todos los momentos de su existencia, desde la concepción hasta la muerte natural.

Clemente Ferrer
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