El abajo firmante ha repetido que lo que necesita España es aniquilar al Partido Popular, destruirlo, masacrarlo, aniquilarlo, liquidarlo, si ustedes me entienden.
Pensé que con su derrota por la mínima el 9 de marzo, mis esperanzas se difuminaban pero ahora veo que me equivoqué. Ni mucho menos: esto marcha, vamos por el buen camino. A lo mejor no hay que prolongar la agonía y vamos directamente al funeral.
El debate falso que venden la escuadra mediática gubernamental es que la lucha se produce entre conservadores y renovadores, aunque, vaya usted a saber por qué, los renovadores son los que no quieren renovar la Dirección.
Mariano Rajoy considera que hay que cambiar, porque los españoles cambian, lo cual no es del todo cierto. Son los españoles los que deben cambiar para adaptarse a sus principios, no al revés, y lo mismo ocurre con los partidos políticos y las instituciones.
Por ejemplo, si el petróleo sube por el chantaje de la OPEP a Occidente, se hace necesario modificar la política económica... pero sólo para acomodarme al principio inalterable del bien común, que exige que transportistas y pescadores lleguen a fin de mes con un mínimo de dignidad, especialmente cuando su malestar no lo ha provocado sui negligencia sino un factor externo a ellos, imposible de controlar por los gremios.
Porque si se oye hablar a Aguirre y a Rajoy uno diría que estamos ante el PP de los principios y las patochadas.
Eulogio López
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