(Carta de respuesta a Miriam Prat al artículo publicado sobre las energías renovables).
Es una auténtica pena que cada vez queden menos periodistas independientes. La desinformación, la manipulación y los intereses de algunos periodistas demuestran que en este país muchos de ellos están comprados, bien por partidos políticos bien por empresas para expresar la realidad de forma sesgada y manipulada.
Imagino que su artículo, entre otras cosas, está escrito desde el desconocimiento y de la desinformación, pero también desde una intención perversa, además orquestado para hacer una campaña contra las energías renovables que terminarán perdiendo, en cuanto la opinión pública conozca verdaderamente el entramado del mercado eléctrico, la formación de los precios y los beneficios reales que las energías renovables producen a nuestra sociedad.
Como su artículo está lleno de auténticas falacias (Las primas a la energía verde ahogan la recuperación económica española) e incluso incitan a proclamar medidas inconstitucionales, ilegales, impropias de un estado democrático (Urge reducir subvenciones con efecto retroactivo) creo que no merece la pena perder más tiempo con usted.
Además, por lo visto, no le interesa hablar del déficit tarifario -indebidamente asignado a las renovables-, de los windfall profits, los beneficios extraordinarios que los consumidores regalan a las eléctricas por una injusta regulación en la formación de los precios en el mercado eléctrico "pool", de los CTC o costes de transferencia a la competencia, que significaron subvenciones multimillonarias valoradas en 9.000 millones de euros a las eléctricas para que amortizaran de forma acelerada sus inversiones en plantas nucleares y hidroeléctricas convenciendo al gobierno que el precio de la electricidad bajaría y esas subvenciones eran necesarias para compensar esa bajada de los precios, y luego ocurrió justo lo contrario, la tarifa subió y las eléctricas nunca devolvieron esas subvenciones.
En fin y tantas otras cosas.
Piense que cuando apoya la retroactividad para las energías renovables, que por cierto no cobran subvenciones ni primas, sino una tarifa regulada y garantiza por Real Decreto y auspiciada por la ley del sector eléctrico, no le está importando que miles de pequeños productores que creyeron en un proyecto limpio y de futuro y creyeron en la seguridad jurídica de un país, se irían literalmente a la ruina. Miles de familias. Piénselo.José Ramón Arasco Esteban