En un comunicado, demuestran que los discursos regios han aceptado y promocionado la injusta ideología de género

Carta de Projusticia a la Casa Real:

Las intervenciones de los demás miembros de la Real Familia se han caracterizado asimismo por la exquisita prudencia y neutralidad, eludiendo incluso la mención en contextos en los que podría resultar obligada:

Así, la intervención Su Alteza Real el Príncipe de Asturias en la entrega de los X Premios FIDEM a la mujer emprendedora del Barcelona, 12 de marzo de 2007 o las palabras de Su Alteza Real la Princesa de Asturias en la clausura del II Foro de la Mujer en el Medio Rural en Castilla y León Zamora, 3 de noviembre de 2009.

Nos consta asimismo que misivas de particulares, grupos, asociaciones e incluso de entidades públicas o semipúblicas solicitando intervenciones, adhesiones o posicionamientos de la Casa sobre el particular, han sido contestadas por las Secretarías de otros miembros de la Familia desde el más estricto sentido de la neutralidad institucional e ideológica.

Durante el año 2009, sin embargo, el debate social sobre la legitimidad y los efectos de la legislación de género (divorcio y violencia contra la mujer, indisolublemente unidos) ha alcanzado elevadísimas cotas de controversia, hasta el punto de convertirse según varios estudios demoscópicos en el primer problema social (no económico o político) de nuestro país. En el año recién terminado se han puesto de manifiesto aspectos hasta entonces silenciados en gran parte: el aumento exponencial de los divorcios que coloca a España en uno de los primeros puestos de Europa en índice de familias destruidas por habitante y por matrimonio; la atribución de la custodia de los hijos a las mujeres en porcentajes superiores al 90%, con los consiguientes beneficios de vivienda y pensiones; la exclusión y marginación social de los padres divorciados; la instrumentalización de la legislación de violencia de género para conseguir ventajas en los procesos de divorcio; la vulneración sistemática de la presunción de inocencia respecto a los hombres acusados de violencia de género; la aplicación de protocolos policiales conducentes a la sistemática detención y encarcelamiento de los hombres por la simple denuncia; la proliferación de denuncias de violencia contra mujeres o de abusos sexuales a menores acreditada y escandalosamente falsas; los abultados índices de sobreseimiento de denuncias por infundamentadas o abusivas; la reiteración de campañas publicitarias de criminalización del género masculino y de incitación a la delación y a la proscripción social; el posicionamiento abiertamente ideológico de determinados miembros de la judicatura y del órgano de gobierno de los jueces, de la fiscalía y de miembros de colegios profesionales; el índice de suicidios de hombres, varias veces superior al de mujeres y en su mayor parte a resultas de divorcios y la ocnsiguiente pérdida de contacto con sus hijos, el ocultamiento institucional de los datos y estadísticas contradictorios con la verdad oficial; las técnicas totalitarias de amenazas y extorsiones a personajes públicos disidentes con dicha verdad oficial, la complicidad de algunos medios de comunicación, etc.

La Casa Real y los servicios dependientes de su Jefatura y Secretaría General no pueden ser ajenos a que la polémica social ha alcanzado cotas de auténtico estruendo desde las últimas semanas del año 2009.

En tal contexto, el discurso del Jefe del Estado en las fechas de Navidad, en que más dolorosamente se sufren en los hogares afectados las consecuencias de la situación descrita, repitiendo de modo ritual una mención a un problema social en los mismos términos de forzada corrección que los años anteriores, sólo podemos comprenderlo desde una insuficiente información y sesgada percepción de la realidad social por parte de los servicios de esa Real Casa.

En efecto, la asimilación como problema social en el discurso de nuestro Rey de la violencia de género a la discapacidad, las graves enfermedades, la drogadicción sin distinguir el trasfondo esencialmente ideológico del actual planteamiento de lo primero, resulta particularmente ofensivo para quienes sufrimos unas u otras situaciones (algunos ambas) con total percepción de su distinta naturaleza. Y ello, con especial incidencia en nuestros hijos menores.

Su Majestad el Rey debe saber que expresiones del tipo de ¿Por qué no te callas? proferidas por un hombre en presencia de su esposa o novia, son tipificadas por la vigente legislación penal española como constitutivas del delito de violencia familiar, y además de la inmediata detención tras la denuncia por la agraviada, acarrean penas efectivas de cárcel, la condena accesoria y automática al alejamiento del grupo familiar, la privación de la custodia de los hijos, la pérdida indefinida del derecho al uso de la vivienda familiar, la condena civil al pago de pensiones alimenticia y compensatoria y la proscripción laboral y social del maltratador.

Pretendemos con la presente ayudar a corregir la situación que denunciamos, al menos a nivel de la política institucional de comunicación de la Casa Real. La violencia de género pretende ser tema estrella de la presidencia española de la Unión Europea durante el primer semestre de 2010. Al calor del debate social interno se añadirá lo que a nuestro modesto entender es una flagrante y escandalosa contradicción de la legislación y política nacionales con principios, normativas, y prácticas sociales y judiciales totalmente generalizadas en los países de nuestro entorno. Lamentaríamos que al irremediable derroche de esfuerzos y medios y al previsible deterioro de nuestra imagen exterior se pretendiera añadir la intención de comprometer a la Jefatura del Estado con posicionamientos ideológicos que no son compartidos por amplios sectores de la sociedad española y carecen de todo refrendo internacional .

Solicitamos que S.M. el Rey sea informado de nuestra iniciativa. Confiamos absolutamente en su neutralidad política e ideológica y no dudamos que, a la altura acostumbrada de su papel institucional, habrá de verse reflejada en las intervenciones y actuaciones posteriores, particularmente en las relacionados con la Presidencia Española de la Unión Europea.

Atentamente,

Francisco Zugasti