En cumplimiento del Estatuto de los Españoles en el Extranjero
Había una regulación "atávica" explica el ministro Bermejo, según la cual, el español en el extranjero transmitía la nacionalidad española a sus hijos y estos a sus nietos, con independencia del origen. No ocurría lo mismo con las mujeres. Así que el estatuto de los españoles en el extranjero propuso corregir esta anomalía y el gobierno ha aprobado este viernes las reformas oportunas para que así se haga.
¿A cuántos puede afectar? El gobierno no lo ha calculado y el ministro no se quiere mojar. "Se trata de una opción". Además, muchos posiblemente ya lo han hecho, como los "oriundos" del fútbol de los años 60 y 70, señala con cierta sorna. Pero tiene su trascendencia, porque de golpe y porrazo se podría producir una avalancha de nuevos españoles con derecho a voto. Con la paradoja de tratarse –por ejemplo, de argentinos, hijos de argentinos, cuya abuela fue española.
Pues bien, ese podría votar en unas generales, pero el argentino recién llegado a España no. Lo que son las leyes. Y se pueden imaginar que el gobierno tratará de mimar a esa población que le estará agradecida y que le puede dar el último empujón electoral si las cosas se ponen feas.