En vísperas de la Junta de Accionistas de la constructora FCC, la presión de los Entrecanales sobre Esther Koplowitz empieza a ser tan grosera como inexplicable. Acciona posee ya el 15% de FCC, mientras Esther Koplowitz, y este es el gran misterio, no reacciona. En otras palabras, Koplowitz posee el 51% de la sociedad B-1998 que, a su vez, dispone del 52% de FCC. Así que, en teoría, no sólo puede comprar el 49% restante de B-1998, en poder de los franceses de Vivendi, sino que, incluso manteniéndose en los actuales parámetros, podría controlar FCC.
Por tanto, ¿qué hacen los Entrecanales comprando títulos de FCC y comportándose con la grosería que denuncia Esther Koplowitz? Pues, practicar el terrorismo empresarial. Con un 15% no puedes controlar una empresa si tu adversaria vota por el 52%, pero sí que puedes hacer que la gestión resulte insufrible. Por ejemplo, según la Ley, basta un 5% para convocar Juntas extraordinarias de Accionistas y solicitar puntos concretos del Orden del Día. Pero es dudoso que este tipo de terrorismo empresarial favorezca a la empresa, al sector o al tejido industrial en su conjunto.