Está a favor de que sea el trabajador quien decida abandonar la vida laboral y el único requisito, fijar la edad mínima en 65 años.
Con el ritmo de vida actual, muchas personas de 65 años se encuentran capacitadas para seguir trabajando al mismo ritmo que a los 55. Por ello, desde la CCP se ha lanzado la propuesta de que la edad de jubilación no se marque por ley ni por convenios. Sólo un dato sería necesario: la edad mínima sería a los 65 años y sería voluntaria.
De esta manera, muestran el rechazo a las jubilaciones anticipadas que, como se ha podido comprobar en casos como el de RTVE, simplemente sirven para echar a trabajadores experimentados para poder contratar a jóvenes por un sueldo mucho menor. Sólo están a favor de ese tipo de prejubilaciones para trabajos penosos, tóxicos, peligrosos o insalubres.
Y es que, según la CCP, las prejubilaciones podrían mantenerse si son las mismas empresas las que se encargan de todos los gastos, es decir, los salarios y las cotizaciones. De esa manera los trabajadores afectados no verían afectados los derechos ya adquiridos ni verían disminuida la base de cotización.
La propuesta surge en pleno debate sobre la reforma de las pensiones, debate que no se podrá abordar sin consenso. Y, por el momento, el consenso político está lejos de lograrse; el sindical, aún menos.
Andrés Velázquez
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