El argumento de la progresía siempre es el mismo pero al parecer, a los progres les resulta originalísimo. Ejemplo: concentración convocada por la Iglesia en Madrid en defensa de la familia cristiana. Desde La Vanguardia (¡Cómo está el señor conde, muchachos!), una chica muy moderna, brillantemente irónica y muy, muy preocupada por los males del mundo. Resume la actitud a la que aludo en las siguientes palabras (que ruego lean con unción): "Es que obligan al agente a divorciarse, a casarse con personas del mismo sexo o, como me pareció oír, abortar en contra de su voluntad". De entrada, de cierto oíste mal, prenda. No se dijo eso, pero podáis haberlo oído: sí, se presiona a las adolescentes y a las jóvenes para que aborten en contra de su voluntad. Pero volvamos a la lógica progre -algo parecido a hablar de modernidad inteligente: una contradicción en origen-. No, no obligan a la gente a divorciarse, lo hace ella solita... de la misma forma que la Iglesia no obliga a nadie a casar pero la Iglesia o a ir a misa los domingos: sencillamente, habla, propone. Es lo que se llama libertad de expresión y es lo que tú, princesa de la filosofía, pretendes cargarte, por la muy progresista razón de que te fastidia lo que dice la Iglesia. Demos un paso más. Otro inefable progresista, amén de prestigioso científico (PC) Bernat Soria, en sus ratos libres ministro de Sanidad del Gobierno Zapatero, ha retrasado las cifras oficiales sobre aborto en España en 2006 (¿Ya deberían tener las de 2007, no?): 101.592 abortos. España es, sin duda, el paraíso europeo del aborto. Seguramente, no quería mezclar unos resultados tan deprimentes con las deprimentes imágenes de las clínicas del doctor Morín, tan parecidas a Auschwitz. Alguien, por ejemplo todos, podrían multiplicar mentalmente los miembros humanos destrozados por 101.592. Y claro, ¿qué nombre le damos a esa tragedia? A lo mejor nos quedamos sin adjetivos. Pero volvamos al a progre-lógica: A nadie se le obliga a abortar. De hecho, el aborto es ilegal en España, y sólo esta "despenalizado" en algunos supuestos. Supuestos que han dado lugar a 101.592 asesinatos de inocentes, con un ritmo de crecimiento del 11%, muy superior al PIB, el PIB y la EPA. Y sí, todos ellos, los 101.592 han sido realizados "libremente", en el siendo que nadie les ha obligado a abortar, no Señor. Nuestra muy progre articulista, arquetipo de la progresía indulgente con una Iglesia desmañada, se peguntaría: ¿Acaso les obligan? Podríamos aplicar la misma ley al robo: podríamos mantener el robo como ilegal pero despenalizara al ladrón: ¿Aumentarían los ladrones? Según la lógica progre no, pero sólo según su descabellada lógica. Porque, ¿acaso les obligan a robar? Y para concluir: si se despenalizara el robo en determinados supuestos, ¿sería responsable el Estado del incremento del latrocinio? Por supuesto que sí. Desde que el mundo es mundo, la mayor parte de los pecados cometidos por el hombre son pecados de omisión. Tercer escalón de la progre-filosofía. Esto quedó ya aclarado en Estados Unidos, cuando la entonces candidata a la Vicepresidencia (Walter Mondale, 1984) Geraldine Ferraro, se postuló a favor de la despenalización del aborto, bajo un argumento que seguramente habría acogido con calor La Vanguardia de hoy: "Como católica estoy contra el aborto, pero no puedo obligar a otras personas a aceptar mis planteamientos". Desde el New York Times, partidario del "derecho a decidir", se le respondió que estaba diciendo tontería. Es -argumentaba el diario- como si alguien dijera: "Como católico estoy contra la esclavitud, pero no puedo obligar a otro a prescindir de sus esclavos". Lógica progresista: una contradicción ‘in terminis'. Eulogio López eulogio@hispanidad.com
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14/12/24 07:00