La frase final del estudio de Tendencias es genial; si alguien les lleva a los tribunales, país o empresa, las agencias responden que lo suyo es una opinión, protegida por la libertad de expresión.
Muy cierto. De hecho, lo que hacen las tres hermanas, más bien brujas, consiste en aprovecharse de la burbuja financiera, es decir, del estado de cosas vigente en nuestros días. Nadie puede conocer las tripas de una empresa o de un país, por lo que hay que mirar a esos árbitros de la solvencia financiera global... verdaderos sátrapas que no han sido elegidos por nadie. Son muy poco democráticos. Pero se hace obligado contratarles, porque los mercados financieros se han convertido en un monstruo de tal calibre que los dictámenes de las tres brujas constituyen la única guía de actuación, guía falsa, pero guía única.
En segundo lugar, a las agencias les importan muy poco las economías nacionales o las empresariales. Las rentas familiares no les preocupan lo que se dice nada. Ellos sólo protegen al rentista. Es decir, a los ricos contra los pobres. Este hecho se puede ver fácilmente en el actual estado de cosas en Europa: por ejemplo, si Moody's rebajara la calificación de un país, éste se vería obligado a pagar más intereses a los ricos y subir los impuestos a todos, especialmente a los pobres. Primero porque son más y segundo porque no pueden invertir en deuda o acciones: bastante tienen con llegar a fin de mes.
En tercer lugar, las agencias responden el modelo económico anglosajón, que no es sino mera especulación financiera, la misma que nos ha llevado a la crisis. Si lo prefieren: es el modelo que prima al rentista sobre la economía real, y aquí introduzco a empresarios, trabajadores y profesionales, todos a un tiempo. Y la razón es, de nuevo, la misma: a las tres brujas sólo les preocupa la solvencia, el bien común les trae el pairo. Para una agencia de riesgo, un país con el 50% de paro pero sin apenas endeudamiento recibiría las mejores calificaciones. Afortunadamente, se trata de una hipótesis, porque si un país sufriera un 50% de desempleo lo normal es que sobreviniera una benéfica revolución. Lamentablemente, estos revolucionarios suelen dedicarse a quemar iglesias en lugar de quemar la sede de S&P. Eso sí, tras haber desalojar los templos, que no conviene que corra la sangre.
Por lo demás, el problema es ese: que nadie brama contra la tres brujas por la misma razón que nadie brama contra un mafioso: todos le temen. Bueno, salvo Wall Street y su representante, el Gobierno norteamericano, que es el propietario último de las tres agencias.
¿Solución? Que toda Europa se ponga de acuerdo y deje de contratar a las agencias, hablo de Estados y de empresas. Recuerden que estas brujas financieras sólo poseen una víscera sensible: el bolsillo.
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