Sr. Director:
Es frecuente oír, tras la pregunta ¿Es Vd. Católico? La respuesta desí, pero no practico.

 

O sea, están peor que los jubilados, ya que cuando alcanzamos  esta edad, si  nos necesitan, practicamos nuestra profesión en algunos casos.

Pero, eso sí, hablan de religión habitualmente, con una mezcla de todo aquello que puede considerarse espiritual y si se presenta la ocasión, o sin ella, hablan de una manera dogmática, arremetiendo contra la Iglesia Católica que encorseta.

Más avanzada se nos muestra, eso he leído, Lady Gaga, que en revelaciones a The Times,  dice tener una nueva espiritualidadmás espiritual. Una religión que no condena a determinado tipo de personas. Yo creo, continúa, en el amor y el perdón universal, sin excluir a nadie. Ser  verdaderamente espiritual significa, según parece, ser indiferentemente incluyente -todo vale- o sea , adogmático. El Dios católico esta atascado.

En este galimatías, que hay que desmenuzarlo para comprenderlo, se incluyen muchos. Este dios adogmático no pone objeción a las orgías de clubs eróticos de Berlín o de donde sea. Tampoco pondrá  pegas a los asesinatos, ni a toda clase de corrupción del tipo que sea.

Dios perdona, qué duda cabe, pero no quiere esta clase de comportamientos. Y perdona si hay arrepentimiento y propósito de abdicar de esta clase de vida. Pero es más cómodo vivir esta nueva espiritualidad que vive la vida sin compromiso y no una religión que quita libertad. Es más rentable vivir un materialismo que un día oí denominar materialismo de esmoquin.

Confunden su espiritualidad con lo que al espíritu nos lleva a ser mejores, a elevarse. No conocen -prefieren ignorar- a Alguien que nos orienta, nos lleva a mejorar. Nos dicta lo que es correcto. Nos lo dice el que nos ha creado libres y por tanto responsables de nuestros  actos. Se nos juzgará y el Juez nos perdonará y nos ayudará a perseverar en el bien, y a levantarnos si caemos.

Pero el vivir la vida, según propugna Lady Gaga, es poco bagaje para considerarlo espiritual. En el ser racional su espiritualidad le pide exigencia. Quiere salir de la masa irracional con un compromiso hacia el Bien.

Alfredo Hernández Sacristán