Aunque La vida de Grace tiene como trasfondo la guerra de Irak, esta película dirigida por el debutante James Strouse es, por encima de todo, un drama familiar alrededor de cómo afrontar la pérdida de un ser amado.

El famoso actor John Cusack (también productor de la película) encarna a un padre de familia que (declarado inútil por el Ejército) se ha quedado al cuidado de sus hijas tras la marcha de su mujer (militar de los EEUU) a la Guerra de Irak. Cuando recibe la trágica noticia de su muerte, este hombre (totalmente desarmado emocionalmente) no sabrá cómo comunicar la noticia a sus hijas por lo que decidirá emprender un viaje para encontrar el momento oportuno para transmitírsela.

Quienes desgraciadamente hayan pasado en su vida por una situación personal similar a la del protagonista de este drama saben que explicar la muerte a un menor de la forma menos dolorosa posible es muy complicado, a pesar de que vida y muerte van unidas intrínsecamente. Por ello este drama familiar con toques de road-movie (película de carretera) es perfectamente comprensible para cualquier persona que tenga un mínimo de sensibilidad. Asimismo, también resulta destacable el enfoque crítico que se da a la guerra de Irak desde la perspectiva de las familias que pierden a un ser querido y es más que sobresaliente la acertada actuación de Cusack batallando por salir adelante. No obstante en La vida de Grace se echa en falta algo más de chicha en el argumento que, dependiendo del espectador, algunos achacarán a la escasa visión trascendente y otros, simplemente, a los mínimos acontecimientos que suceden en el desarrollo.

Bien recibida en varios certámenes  internacionales, La vida de Grace obtuvo el premio del público en el Festival de Sundance (el más importante en cuanto a cine independiente).

Ah un último detalle. La banda sonora fue compuesta por el polifacético Clint Eastwood y precisamente en ese apartado fue nominada a los Globos de Oro y en el de Mejor Canción Original (titulada Grace is Gone e interpretada por Jamie Cullum).

Para: Los que les gusten los conflictos emocionales