Desde su nacimiento, y condicionado por su singular nombre, Pi ha sido un chico muy imaginativo. Por ello no le asombra que, ya adulto, sea requerido por un escritor a la búsqueda de una historia única. Porque Pi, en su adolescencia, sobrevivió a un naufragio en la misma balsa que un tigre de Bengala…
Visualmente impactante, con unos efectos especiales que recrean a la perfección animales digitales, La vida de Pi arranca como un cuento siguiendo la peculiar infancia de Pi Pattel, el hijo del propietario de un zoo en la India, quien desde muy joven demuestra una gran curiosidad y atracción sobre las distintas religiones como forma de acercarse a Dios. Y aquí debe hacerse una aclaración: aunque el relato literario en el que está basado está impregnado de mensajes cristianos, en su película el director Ang Lee (Brokeback Mountain) ha hecho todo lo posible por desnaturalizarlo. Y es que La vida de Pi traslada a imágenes en 3D uno de los best seller más originales de los últimos años escrito por Yann Martell en el año 2001 y en el que el autor, de forma dinámica, reflexionaba sobre la religión y la fe…
El resultado es un relato asombroso, protagonizado por un escapista, que contiene giros inesperados y un desenlace imprevisible e impresionante.
Para: Los que les gusten las películas para reflexionar narradas de forma amena