Además de ciertas tradiciones y la pobreza, otro elemento que facilita el aborto selectivo de los fetos de sexo femenino es el avance médico-tecnológico: los galenos pueden determinar el sexo de un feto a partir de la 14ª semana de embarazo.
En muchos países europeos está prohibido abortar a partir del segundo tercio del embarazo, y hacerlo a causa del sexo del feto, mucho más. Pero las estadísticas de nacimientos en Albania y Macedonia, por ejemplo, indicarían que se está recurriendo a argumentos como, por ejemplo, el aumento de abortos ilegales, entre otros, para justificar los abortos legales.
No obstante, se equivoca quien cree que esta situación se limita a los países más pobres del este de Europa. La tendencia a elegir el sexo de los bebés también se está haciendo sentir en la Unión Europea: los medios daneses hacen referencia al "turismo para abortar" con destino a Suecia, en donde los embarazos se pueden interrumpir legalmente hasta la 18ª semana.
Y, en lo que al Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) se refiere, científicos alemanes se han pronunciado a favor de seguir implementándolo sólo en casos extraordinarios.
Jesús Domingo Martínez