Carrillo, que ha hecho un repaso a la historia reciente de España, de la que es testigo ya casi único y completo, ha explicado, por ejemplo, que nunca he aceptado que lo de Asturias (la revolución) fuera un error. Aquello tenía un carácter defensivo. Mi generación había visto como en Alemania e Italia el fascismo se implantaba pacíficamente pero al día siguiente se desencadenaba la represión contra los movimientos obreros. Nosotros, antes de que eso sucediera, sabíamos que había que defender la democracia al precio que fuera y ese es el origen del movimiento de octubre. Ese movimiento consiguió que el fascismo no se instaurara pacíficamente como había sucedido en Alemania e Italia. Y efectivamente, no se instauró así y después vino el Frente Popular y la guerra civil.