El presidente de Unicaja, Braulio Medel, recuerda que "sin el dinero del BCE la banca europea no habría sobrevivido"

 

Medel asegura que las cajas no están siendo tratadas como se merecen. "Exigirles un 25% más de capital" no es lógico.

El presidente de Unicaja es uno de estos gestores nacidos de la maldita politización de las cajas de ahorros. Medel, antes que gestor de cajas, fue viceconsejero de la Junta de Andalucía y financiero de cámara del socialismo andaluz. No logró fusionar las ocho cajas andaluzas en una sola, como era su objetivo y el del PSOE, pero lo intentó en nombre del movimiento socialista andaluz. Medel siempre ha estado dispuesto a todo, ya sea doblegar el poder de las cajas de la órbita malagueña en beneficio del "centralismo sevillano" de Manolo Chaves y José Antonio Griñán, ya fuera para cargarse a la caja de los curas, Cajasur, la de Córdoba, verdadera obsesión del socialismo agrario andaluz, ya fuera para liderar la Confederación de cajas de ahorros puesta al servicio del PSOE.

Ahora bien, resulta que ese gestor politizado hasta las cachas ha sido un buen gestor. Unicaja es hoy una buena caja de gestión ortodoxa y rentable. A cada uno lo suyo. Y entonces, dentro de la innecesaria reforma financiera, o absurda y costosísima transformación de las cajas de ahorros en bancos, Braulio Medel parte como ganador, como absorbente, no como absorbido.

En Santander, en el curso de Economía de la APIE, Universidad Menéndez Pelayo, Medel practico su inteligente discurso de siempre: recordar lo que olvidamos, es su máxima. Recordó, y es muy cierto, que ahora el sistema bancario español, especialmente las cajas, tienen mala prensa pero Medel recuerda que sin el dinero del Banco Central Europeo (BCE) el sistema bancario europeo habría quebrado.

Medel habla de los tres FROB. El primero era una ayuda para emitir preferente al 7,75%. Medel defiende que en otros países se dio dinero sin interés. Estamos de acuerdo, pero olvida que el FROB 1, al que se acogió la Bankia de Rodrigo Rato, conlleva un Esquema Protección se Activos (EPA): en otras palabras, los activos tóxicos, el banco malo, está avalado por el Banco de España. Por eso mismo, ahora todos quieren el FROB 1, previsiblemente el más oneroso, y no aceptan quedarse, por ejemplo, con la CAM, sin que el Banco de España ofrezca una EPA para evitar sustos futuros, no vaya a ser que cuando nos hagamos con la CAM descubramos que hay más porquería oculta bajo la alfombra.

Al final se demuestran dos cosas: que si las cajas de ahorros siguen siendo cajas la reforma nos habría salido mucho más barata y las cajas de ahorros no habrían caído en picado, porque en banca la imagen crea la realidad. En segundo lugar, que no perderíamos las ventajas de las cajas (sostén de las grandes industrias estratégicas, obra beneficio-social, crédito local, etc.) a cambio de nada… y una nada carísima.

Hablando del dinero público para salvar bancos privados, Medel recuerda que, durante lustros, nos hemos negado a la entrada de capital público en los bancos… pero ahora estamos dispuestos a que entre capital público… de otros países. Curioso, asegura Medel; curioso, ratifica el sentido común.

El tratamiento a las cajas no es respetuoso con su historia. Son decenios, un siglo de historia, de una historia ejemplar de servicio a la sociedad. Por de pronto, se les exige un 10% de capital, más que al 8% de la banca, si quieren seguir siendo cajas. En definitiva: que tienen que convertirse en bancos a la fuerza. 

Por otra parte, Medel recuerda los límites de los recursos propios, considerados por Basilea III, es decir, por el mundo financiero, como la panacea: "Si yo mañana cumplo con el 9,5% de coeficiente y regalo el 1%, ya habría cumplido" con la norma. Conclusión: absurdo.

Medel lo explica aún mejor: "Si la banca tuviera que cumplir el 10% de recursos propios necesitaría lo mismo que las cajas de ahorros: 16.700 millones de euros". Vamos que no se trataba de mejorar las cajas sino de convertirlas en sociedades anónimas, en banca, a la fuerza. Como dice Medel, estamos ante "una desamortización de bienes que no son de nadie". Me alegro que emplee ese término porque hasta ahora sólo lo ha empleado Hispanidad. Y como toda desamortización la reconversión de las cajas ha resultado un latrocinio.

En esos momentos Unicaja absorbe a las dos castellanoleonesas, Caja Duero y Caja España, algo que no ha sabido nada bien en el Partido Popular. Naturalmente, el objetivo principal de las fusiones es cerrar sucursales y despedir trabajadores, además de aumentar el poder de sus directivos que, si consiguen, la conversión en banca, podrán subirse el sueldo con entusiasmo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com