Una muestra más de que la coronación de Felipe VI es algo improvisada, como informó Hispanidad. Sin duda, los actos de este jueves tienen un carácter histórico y una gran relevancia internacional, pero la Secretaría de Estado de Comunicación se ha lucido. Ya se sabe que la política informativa del Gobierno no es la ideal, pero que no esté a la altura de las circunstancias en este acontecimiento clama al cielo.
Se han acreditado más de 1.000 periodistas para cubrir los actos, pero podían haber sido muchos más, pues el retraso en repartirlas ha sido monumental y la organización de este reparto, un auténtico desastre.
Muchos periodistas esperaban el pasado miércoles desde las ocho de la mañana a que les entregaran su acreditación, pero cerca de la medianoche aún no la habían recibido. Lo peor es que muchos corresponsales de medios extranjeros perdieron los directos de televisión que tenían programados, pues no podían acceder a sus posiciones sin la acreditación, y no se podían ir de las inmediaciones del Senado a la espera de recibirla. Esto da una muy mala imagen de la organización y por consiguiente, de nuestro país.
También se han dado casos curiosos, por ejemplo, el del fotógrafo Pedro Armestre, recientemente galardonado con el Premio Rey de España de Periodismo, que ha sido vetado por motivos de seguridad y por tanto, no podrá cubrir la proclamación. A este fotógrafo de la agencia AFP le han negado la acreditación supuestamente por estar imputado por fotografiar una acción de Greenpeace hace dos años, en la central nuclear de Cofrentes. ¿Es tan peligroso Pues no, hace unas semanas recibió el Premio de manos de Don Juan Carlos y no pasó nada.
Cristina Martín
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