En septiembre de 2001, el gigante petrolífero norteamericano Kerr McGee firmó un acuerdo con las autoridades marroquíes para mapear los recursos petrolíferos en el "Marruecos sur", es decir, el Sahara ocupado. Para realizar su labor, la norteamericana se unió a la francesa Total y a dos subcontratas técnicas especializadas en exploración: TGS-Nopec (Noruega) y Fugro Group (Holanda).
Sin embargo, Kerr-McGee opera ahora en solitario. TGS-Nopec abandonó la región en 2003 después de una dura campaña sobre el comportamiento antiético de la compañía en el Sahara que debilitó los precios de sus acciones. Fugro también abandonó este ejercicio por motivos similares y a finales del pasado mes de noviembre también abandonó Total. La explicación oficial de la salida de la francesa fue el fracaso en las exploraciones en la zona, aunque el Comité de Apoyo del Sahara Occidental de Oslo considera que su salida se debe a la campaña de desprestigio emprendida desde su organización.
El objetivo del Comité ahora es la norteamericana Kerr-McGee. Y la campaña ha empezado a dar sus primeros frutos. De momento, la estadounidense ha sido excluida del principal fondo de inversión privada de Noruega, Skagen Vekst, que vendió los títulos de la petrolera en 2003 por 3,6 millones de euros. El fondo alega problemas éticos derivados del compromiso de Kerr-McGee en el Sahara Occidental.
Además, los políticos noruegos descuentan que también el público Fondo Noruego de Petróleo desinvierta su 0,15% de capital de la norteamericana valorado a 31 de diciembre de 2003 en 5,6 millones de euros. Desde el pasado 1 de diciembre, el banco se rige por criterios éticos establecidos por una comisión de Gobierno y en los análisis de la comisión el Sahara Occidental es el único país mencionado específicamente por los aspectos éticos de las explotaciones petrolíferas en la zona.
Y es que el Estado noruego participa en el capital de una compañía, que, según recuerda el Gobierno saharaui en el exilio, ha violado la legislación internacional y las aspiraciones del pueblo saharaui. "Nos gustaría hacer un llamamiento al Gobierno noruego como parcialmente dueño de Kerr-McGee que considere la necesidad de desinvertir en esta compañía", señaló Ould Salek, ministro saharaui en el exilio. Los rumores se han disparado desde que el 19 de octubre pasado expirara el contrato de la norteamericana con las autoridades marroquíes, aunque fuentes de la empresa aseguran que el plazo del contrato ha sido extendido hasta el próximo 1 de mayo de 2005.