Hay algunos datos que conviene tener en cuenta sin que por ello exista relación causa-efecto. El primero es que la reorganización de Telefónica ha sido decidida por Alierta, pero sugerida por Mc Kinsey, esa consultora que te cobra por decirte lo que quieres escuchar, pero tú no te atreves a decir. La segunda es que Antonio Viana-Baptista, ese portugués que resulta encumbrado tras la última remodelación de Alierta es un ex Mc Kinsey. Y eso, como en la antigua Arthur Andersen, 'imprime carácter'.
Más. Luis Lada es un profesional poco amigo de los power point de las consultoras. Lo que no encaja en los cambios es por qué a Lada se le coloca en la primera línea de la dirección para después darle la patada hacia arriba. Tampoco encaja que Viana haya subido en el organigrama justo después de deshacerse la operación de fusión con Portugal Telecom que supuestamente resultaba ser su cometido.
En cualquier caso, la clave de la remodelación continúa siendo la ya aludida en Hispanidad: César Alierta no desea un consejero delegado en la compañía.