España cerró el ejercicio 2005 con una inflación del 3,7%, frente a una media de los países miembros de la Unión del 2,1. Sólo Letonia nos supera. No es un buen resultado, desde luego, porque España es también el país de los 15 (no de los 25) que crece con mayor fuerza, casi el doble que Eurolandia (Ver cuadro).
No obstante, España sufre de competitividad, y los precios altos no son la mejor manera de mejorar esa competitividad, en un momento en que la balanza de pagos española atraviesa el peor momento desde hace 10 años.