El problema de la banca en 2011 ya no es la morosidad, sino el margen financiero.
Tras los pésimos resultados de Banesto ahora le toca el turno al Sabadell, segunda entidad española en publicar las cuentas correspondientes al primer semestre. Y sí, son bastante malas. Ya hemos dicho que el problema de la banca española no es la morosidad, como en 2010, sino algo aún más peligroso: el margen financiero, la parte alta de la tabla, el corazón mismo del negocio bancario (sí, el negocio bancario tiene corazón).Veamos. Los costes del Grupo se disparan. Lo importante no es el que margen de intereses se haya quedado plano -cae un 0,1% respecto al primer semestre del año anterior- ni que debieran haber crecido paralelos a una inversión que se ha incrementado un 10%. No, lo peor es que los ingresos por intereses suban un 26% y los gastos un 65%. Otro modo de verlo: durante el año pasado, de cada 100 euros de intereses que cobraba la entidad, 40 euros iban para los depositantes y este año van 53. Está claro que el Sabadell, al igual que otras entidades, está pagando caro la absurda guerra de depósitos. El crecimiento de las comisiones y las actividades de tesorería ayudan un poco, pero no es para tirar cohetes. En cualquier caso, bien está que no especulen mucho no vaya a ser que se den la galleta con lo que el margen bruto crece ligeramente (2,9% que es básicamente la inflación. Vamos, que no crecen).
En este contexto, tan negativo, el Sabadell tiene que asumir un 11% más de gastos como consecuencia de la incorporación del Guipuzcoano, que es el que aporta más o menos el 10% de crecimiento de la inversión. Dicho de otro modo: con los mismos ingresos del año pasado, el Banco presidido por José Oliú tiene que mantener más estructura: los ingresos no han crecido por lo antedicho: se les ha disparado el coste de la financiación. Las provisiones van aflojando (cada vez quedan menos cosas que dotar) y el resultado final no es comparable porque el del año pasado estaba muy hinchado por resultados extraordinarios.
Las cuentas del Sabadell también muestran el error de Basilea III, es decir, fiar toda la solvencia del sistema financiero a la capitalización. Un banco muy capitalizado dice mucho de la capacidad de captación de fondos de sus propietarios pero no de su capacidad de gestión. Hoy el grupo catalán tiene un 'core capital' -recursos propios pata negra- que ha pasado de 7,70 al 9,27%. Espléndido. Ahora bien, eso supone que el cociente básico de la rentabilidad bancaria, el ROE, se ha derrumbado desde el 9,52 al 5,83. Claro, es que el capital hay que retribuirlo con capacidad de generación de fondos.
Y encima, el ratio de eficiencia, es decir, el rendimiento de su plantilla, se dispara (es decir empeora) desde el 42,25 al 46,96%. Un pequeño desastre.
Eulogio López
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