El actor y director irlandés Kennegh Branagh, al que conocemos por sus adaptaciones cinematográficas de obras de Shakespeare, se atreve ahora, nada menos, que con La flauta mágica, la famosísima ópera de Mozart. El resultado es un largometraje espectacular, con el que disfrutarán muchísimo los melómanos.

Branagh sitúa la acción de la conocida ópera (de indeterminado periodo en la obra de Mozart) durante la Primera Guerra Mundial, lo que le brinda la oportunidad de ofrecer impactantes imágenes de acción bélica acompañadas de buena música (magnífico el arranque de la película). A partir de aquí, la historia de Tamino, enamorado de la hermosa Pamina, es un bellísimo cuento romántico lleno de dificultades que encandilará a todos los amantes del bel canto. Y la razón es muy sencilla: para la puesta en marcha de este proyecto Branagh ha fichado a figuras emergentes de la ópera que pueden demostrar su valía profesional.

Dudo que esta gran producción, llena de magia e imaginación, sea apreciada por el gran público pero los amantes de la música clásica van a salir encandilados con esta traslación tan original como brillante.

Para: Los que les gusten los montajes musicales creativos.