Zapatero asiste a la XXI Cumbre Iberoamericana tras ignorar a los países hermanos durante su Gobierno
La prueba es que once mandatarios sólo enviarán a representantes. No estará ni la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; ni su homóloga argentina, Cristina Fernández; ni los presidentes de Costa Rica -Laura Chinchilla-; Honduras -Porfirio Lobo-; El Salvador -Mauricio Funes-; Nicaragua -Daniel Ortega-; Cuba -Raúl Castro-; República Dominicana -Leonel Antonio Fernández-, Venezuela -Hugo Chávez-; Colombia -Rafael Santos- y Uruguay -José Mujica-.
Entre los que sí han confirmado su asistencia figuran el presidente chileno, Sebastián Piñera; el de México, Felipe Calderón; el de Panamá, Ricardo Martinelli; el de Guatemala, Alvaro Colom; el de Perú, Ollanta Humala; el de Ecuador, Rafael Correa; el de Bolivia, Evo Morales; y el anfitrión, el paraguayo Fernando Lugo. La representación española está encabezada por el Rey Juan Carlos, que irá acompañado del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. Este último acude para despedirse de sus homólogos tras su política de olvido a los países hispanoamericanos que ha llevado a lo largo de sus dos legislaturas.
Quizá sea este el momento de escandalizar y recordar la propuesta del obispo de Vitoria, Mateo Múgica, en el Congreso Misional celebrado en Barcelona en 1929: que "el Rey y el Gobierno debían reunir en Madrid a los representantes de las naciones hispanoamericanas para difundir la obra civilizadora de España en América y formar los Estados Unidos de España y las naciones hispanoamericanas".
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
Hoy viernes 28 y mañana sábado 29 de octubre se celebra en Paraguay la XXI Cumbre Iberoamericana, en esta ocasión para analizar cómo modernizar el Estado, de modo que sea más eficiente y promueva el desarrollo. Y lo que se supone que debería ser un foro para estrechar los lazos entre países que comparten una misma lengua, cultura, historia y religión -incluidos Portugal y Brasil, países hermanos de España e Hispanoamérica- se ha convertido en algo descafeinado y sin interés para muchos de los participantes.
La prueba es que once mandatarios sólo enviarán a representantes. No estará ni la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; ni su homóloga argentina, Cristina Fernández; ni los presidentes de Costa Rica -Laura Chinchilla-; Honduras -Porfirio Lobo-; El Salvador -Mauricio Funes-; Nicaragua -Daniel Ortega-; Cuba -Raúl Castro-; República Dominicana -Leonel Antonio Fernández-, Venezuela -Hugo Chávez-; Colombia -Rafael Santos- y Uruguay -José Mujica-.
Entre los que sí han confirmado su asistencia figuran el presidente chileno, Sebastián Piñera; el de México, Felipe Calderón; el de Panamá, Ricardo Martinelli; el de Guatemala, Alvaro Colom; el de Perú, Ollanta Humala; el de Ecuador, Rafael Correa; el de Bolivia, Evo Morales; y el anfitrión, el paraguayo Fernando Lugo. La representación española está encabezada por el Rey Juan Carlos, que irá acompañado del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. Este último acude para despedirse de sus homólogos tras su política de olvido a los países hispanoamericanos que ha llevado a lo largo de sus dos legislaturas.
Quizá sea este el momento de escandalizar y recordar la propuesta del obispo de Vitoria, Mateo Múgica, en el Congreso Misional celebrado en Barcelona en 1929: que "el Rey y el Gobierno debían reunir en Madrid a los representantes de las naciones hispanoamericanas para difundir la obra civilizadora de España en América y formar los Estados Unidos de España y las naciones hispanoamericanas".
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
