La obsesión liberalizante del cuasi-premio Nobel de Economía, Sr. Rato, impidió la fusión Endesa-Iberdrola a plena satisfacción del sector financiero catalán, y con ello la posibilidad de que España fuera el tercer eje del sector energético europeo del siglo XXI.
La obsesión anti-deuda, sobrevenida por el historial profesional en cajas de ahorro de Manuel Pizarro, se trasladó al balance de Endesa reduciendo su endeudamiento hasta niveles que la convirtieron en objetivo primordial para las empresas energéticas europeas.
La obsesión de hacer caja con las empresas españolas por parte de los políticos cuya dirección disfrutamos no cesa, y les inclina a favorecer la oscura compra de Endesa por parte de ENEL disimulada vía Acciona (una empresa sin conocimientos energéticos suficientes, pero con ambiciones más que sobradas).
ENEL es un monopolio semi-público italiano (que depende de la francesa EDF en un 50% de su generación) que con ésta operación se podría convertir en el tercer eje de la energía europea junto con franceses y alemanes; lo malo de esta operación es que la ya crítica situación financiera de ENEL se ve agravada por un endeudamiento adicional de carácter muy abultado, lo que presagia una muy difícil digestión e incluso un eventual pase al verdadero tapado de la operación, en cuyo caso la política energética europea sería de sólo dos ejes, franceses y alemanes.
No es difícil suponer que el próximo plan energético español será pensado, redactado y comunicado por franceses y alemanes al ministro de Industria español, al secretario de Estado de la Energía, a la Comisión Nacional de la Energía, a la Comisión Nacional de Energía Atómica, a la Comisión de Energía del Congreso y a los demás organismos, comisiones y entes estatales, autonómicos y locales en los que trabajan políticos, técnicos y científicos que se ocupan del verde brillo de las bombillas ecológicas. Se nos escapa así gran parte de la innovación tecnológica del siglo XXI: la Revolución Energética.
Tanta oposición en su día a la fusión Endesa-Iberdrola, contrasta con los mínimos problemas que los inquietos espermatozoides de Gas Natural han encontrado para fecundar por fin a Unión Fenosa, después de la enajenación exterior de Endesa, considerada por el Gobierno ZP, una españolización de la compañía.
Pero a lo mejor Endesa no termina en manos de ENEL, sino de EDF. Con tal de negarle Endesa a E.ON, ZP se la dio a una empresa ineficiente y endeudada como ENEL, con los Entrecanales dando el pelotazo como los estupendos intermediarios que son. Así que podría ser que EDF fuera el propietario final de Endesa. En cualquier caso, en Europa no se considera que los italianos puedan convertirse en un jugador de Primera. Ese puesto se reserva para la mencionada EDF, para el consorcio alemán E.ON-RWE y para la alianza hispano-francesa Iberdrola-Suez.