Con unas merecidas candidaturas para los Goya de este año: a la mejor interpretación femenina protagonista (Salma Hayek) y al mejor actor revelación (el humorista José Mota) se estrena esta mordaz crítica al periodismo sensacionalista realizada por Alex de la Iglesia.
Roberto, un publicista en paro, no encuentra trabajo en ninguna agencia. Nadie parece acordarse de que fue creador del archiconocido slogan "la chispa de la vida" de Coca-Cola. Pero su vida da un vuelco cuando sufre un accidente en el Teatro romano de Cartagena, al caer de una gran altura e hincarse una barra de hierro en la cabeza. Atrapado, y debatiéndose entre la vida y la muerte, Roberto decide aprovechar su dramática situación para solucionar el futuro de su familia. Su idea es sencilla: vender la exclusiva a algún canal de televisión.
Con clara influencia de las tragicomedias clásicas de Berlanga, pero sin la sagaz ironía del valenciano, Alex de la Iglesia plantea un relato serio pero entretenido en el que denuncia el periodismo sensacionalista que nos rodea (representado por la televisión-basura); los políticos sin ideales, los estetas que se preocupan más del arte que del ser humano…
Es cierto que, en algunos breves trazos, De la Iglesia cae en el histrionismo o la grosería (fundamentalmente cuando presenta al magnate de la tv-basura rodeado de fulanas) pero son unas escasas imágenes que no estropean el resto del contenido, más profundo que otras películas anteriores. De hecho, a algunos les "chirriará" que el bilbaíno reivindique, de principio a fin, que la familia, y el amor que se profesan sus miembros, es el único motor capaz de afrontar todo tipo de adversidades. A destacar la emotiva escena de la entrevista en exclusiva que Mota concede a una cadena de televisión.
Para: Los que les guste el cine positivo que reivindique que no todo se compra con dinero