Acciona desentierra el hacha de guerra contra E.ON. Los alemanes lanzaron su andanada el 2 de enero, antes de conocer la resolución del Supremo, que no esperaban favorable a sus intereses. El juez Grande Bustos monta en cólera con los alemanes, que insisten en que no han recibido requerimiento alguno desde el 26 de octubre. La CNMV adopta el tancredismo. La batalla por Endesa ha puesto en solfa la lealtad de la banca de inversión (Lazard) y de los despachos de abogados (Pérez Llorca)
Manuel Jové se subía por las paredes tras hacerse pública la denuncia que el grupo alemán E.ON presentó el pasado día 2 de enero ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores. E.ON acusa a Acciona de pactar con Fadesa la compra de acciones de Endesa. En concreto, afirma que la inmobiliaria habría comprado un 4% del capital de la eléctrica, con la intención de apoyar a los Entrecanales.
En primer lugar, Fadesa no ha comprado ni una sola acción de Endesa. Lo que ocurre es que la familia Jové, además, considera que puede comprar los títulos que le vengan en gana. Recordemos que E.ON asegura en su denuncia que Fadesa y Acciona se han aliado contra su OPA.
Es más, E.ON pide a la CNVM que prohibía a Acciona comprar más acciones (ahora mismo está en el 21%) y que le deje sin derechos políticos. Curiosamente, y esta es otra de las razones del cabreo profundo tanto de Manuel Jové como de José Manuel Entrecanales, la CNMV ha optado por el tancredismo, en este caso, por aplicar el reglamento, en lugar de advertirle a E.ON que no se puede, o al menos no se debe, impedir a un inversor que invierta, mientras respete las normas sobre ofertas públicas.
La verdad es que los alemanes no habrían presentado la denuncia si supieran que ocho días más tarde, el 10 de enero, el Tribunal Supremo les iba a dar la razón, entrando en flagrante contradicción consigo mismo y levantando las cautelares. Pero ahora el mal ya está hecho, y Acciona ha desenterrado el hacha de guerra (bueno, ya lo había desenterrado, pero es una expresión). Ahora, con la acción por encima de los 36 euros, porque lo tribunales también cotizan en bolsa, ya no le queda otra posibilidad que luchar por el control de la gestión (E.ON hará todo lo posible para no pasar de 34,5 euros por acción). Y está dispuesto a echar el resto, porque las últimas compras ya las ha realizado en el entorno de los 34-35 euros por título. Lo que está claro es que el acuerdo con E.ON, tras los rifirrafes jurídicos en Estados Unidos y ahora la denuncia ante la CNMV, impiden cualquier acuerdo : en esta batalla ya no se hacen prisioneros.
Y hablando de cabreos, la palma se la lleva el juez titular del Juzgado número 1 de lo Mercantil de Barcelona, Enrique Grande Bustos. El magistrado realiza diligencias para conocer si Endesa apoyó a E.ON en su OPA, suministrándole información confidencial. Pues bien, con este fin, Grande envío un requerimiento a todos los acusados (entre ellos los bancos de inversión incursos en la operación, especialmente Deustche Bank). Todos han respondido menos E.ON quien, manifiesta, qué cosas, que el requerimiento aún no les ha llegado. Utilizando todas las tácticas dilatorias E.ON intenta que la OPA se lleve a efecto y que sólo luego se le juzgue por presunto uso de información confidencial.
De colofón, todo este lío ha puesto en evidencia tanto a los bancos de inversión como a los despachos de abogados.
Así, E.ON acusa a Lazard de haber trabajado primero para Gas Natural y luego para Acciona, lo que le hace columbrar horribles maquinaciones. Al mismo tiempo, y esto tiene mucha más sustancia, resulta que el bufete de abogados del ex ministro Pérez Llorca trabajó para Gas Natural hasta poco antes de que esta empresa lanzara la OPA sobre Endesa, y ahora el mismo bufete, como el miso abogado Miguel Temboury Redondo denuncia a Gas Natural y a Acciona por cuenta de E.ON.
O sea, lo de las murallas chinas.