Muchos lectores de Hispanidad se quejaban de la noticia de este diario, publicada titulada Temor a que Bachelet introduzca a Chile en la geografía de la muerte. Afirman que de su discurso de apertura, donde aludió a su propósito de profundizar en los principios de democráticos, no puede deducirse que pretenda introducir el aborto en Chile. Asimismo, la alocución del cardenal Francisco Javier Errázuriz en la catedral de Santiago, ante la propia Bachelet habló de la defensa de la vida humana en todas sus fases, con profunda, algunos piensan que incluso excesiva, delicadeza con la nueva mandataria socialista, que gobernará en alianza con los democristianos.
Pues bien, insistimos: Bachelet es una abortista y se propone introducir el aborto en Chile. Como necesta el apoyo de políticos votados por gente que aún confía en los programas electorales de los políticos, pone sordina a sus pretensiones y empela los eufemismos propios del caso. Una página chilena, Acción Familia, lo explica todo con singular precisión.
Y es que el aborto, a pesar de su actual generalización en el mundo, es una media tan bestial, tan homicida, que hasta sus introductores emplean eufemismos de todo tipo para disimular sus intenciones.
Recuerden que la esposa de Néstor Kirchner, Cristina Fernández, llegó a la Casa Rosada negando que el nuevo Gobierno fuera a introducir el aborto en la Argentina. Pues bien, ya existe el aborto en la Argentina, incluso violentando la Constitución. A Bachelet le costará mucho menos.
Las políticas abortistas siempre son las mismas: mucho eufemismo, mucha mentira y aplicación gradual. El aborto es el crimen más cruel, pero también, el más hipócrita.
Eulogio López