La destrucción de empresas se incrementa un 18%

Si suman ambos datos, estamos ante un escenario más que complejo de mortalidad empresarial. Por una parte, la mortalidad empresarial se incrementa un 18%. Es decir, cada vez menos empresas aguantan el envite de la crisis. No hay problema de liquidez, sino de solvencia. Eso por un lado. Pero es que además, la crisis ha desincentivado la creación de nuevas empresas. Según el CIS, la cifra de emprendedores ha caído un 25%. Mucho. Y es que si alguien tenía ganas de innovar y emprender, ahora ha decidido quedarse en casa.