Sr. Director:
A Dios no sé si le ha puesto algo, porque el interior de la persona sólo Él lo conoce.

 

El comienzo del Sr. Zapatero en el Desayuno de Oración más parece un renglón de la historia que una oración: castellano, en la lengua en la que por primera vez se rezó al Dios del Evangelio en esta tierra; llama la atención que el mismo Sr. Zapatero, hace menos de tres años, escribiera a Fidel Castro: vuestro país, hollado un día por aquella España de infausta memoria, colonialista, católica e inquisitorial. 

Cuba es hoy, gracias a vuestra Excelencia, un paraíso de libertadhabiéndose sustituido en todas vuestras ciudades el caduco signo de la cruz por el de la hoz y el martillo. (Ver Luis Mª Ansón, El Mundo, 10.04.07).

Lo que dijo sobre el paro debiera esculpirse en piedra y ponerlo sobre su mesa de trabajo: no hay tarea que nos acucie más que la de favorecer la creación de empleo; (doblamos la media de paro en Europa, y creciendo).

Pero -para mí- la guinda de su oración está en  Hoy mi plegaria quiere reivindicar el derecho de cada persona a su autonomía moral, a su propia búsqueda del bien. La libertad es la verdad cívica es la que nos hace verdaderos y buscar la propia verdad.

Esto más parece un mensaje de la logia central de Ferraz que el juego de manos de un trilero ¡que ya sería! La Verdad -con mayúscula- es una, y todos la buscamos, cada cual por el camino que estima conveniente, y el conocimiento de Ella -de la Verdad- es el que nos hace libres para aceptarla o no, pero no hay una propia verdad de cada cual.

Amparo Tos Boix