Un hombre pequeño puede evitar el error de un hombre grande, y supongo que, a pesar de los numerosos pareceres en contra, los periodistas, mal que bien, somos personas. Así que me propongo enmendar la tesis del artículo del gran periodista José María García-Hoz, publicado en La Gaceta, el pasado sábado 27, bajo el expresivo título La Pirámide de la seguridad Social.
Esclavos del tópico como somos, y al rebufo de los casos Afinsa y Fórum Filatélico, se ha puesto de moda el concepto de pirámide. Con su lucidez habitual García-Hoz lo resume así. La pirámide consigue atraer a inversores honrados que le confían su dinero. Los fondos puestos por el primero son retribuidos con lo invertido por el segundo, éste recibe los del tercero y así indefinidamente. El montaje acaba, bien cuando el supervisor se percata del fraude, bien cuando el dinero de los inversores nuevos no alcanza a pagar los intereses que se prometieron a los inversores más veteranos.
Pues no, José María. Lo que está describiendo no es una pirámide, es el negocio bancario mismo desde que se inventó la usura (lo siento, don Emilio : se llama así; usted perdone). El fraude piramidal no estriba en pagar a unos con el dinero del siguiente, sino en sí el dinero del primero ha sido correctamente invertido en actividades lo suficientemente productivas o simplemente el dinero salía del bolsillo del cliente para introducirse en el del gestor de Afinsa. Recuerden que el estafador no suele andar muy sobrado de imaginación.
Por la misma, el pérfido José María establece un paralelismo entre Afinsa y la Seguridad Social, aduciendo que el sistema de reparto (estos liberales desconfían siempre del Estado hacen bien- pero sólo para depositar toda su confianza en la bolsa. Personalmente no confío en ninguno de los dos, pero hasta el Estado me parece más controlable que los mercados financieros) no es sino una forma de pirámide. Hombre no, José María. El sistema de reparto es un sistema de generosidad forzada de los actuales trabajadores con sus padres y abuelos. No es que se invierta piramidalmente: es que no se invierte en modo alguno. Simplemente, con los que pagamos los activos de hoy pagamos a los activos de ayer. No hay inversión, no hay créditos. El sistema funciona, o no funciona, independientemente de su carácter de pirámide o romboide. La clave no está en el sistema, sino en que las parejas tengan hijos suficientes para que los activos de hoy puedan pagar a los jubilados de hoy, y en que los beneficiarios tengan el buen gusto de morirse en tiempo y forma, aunque percibo, ¡Ay dolor!, un lamentable egoísmo en este punto por parte de nuestros mayores.
Si quieres salvar la Seguridad Social, José María, créeme: es mucho más práctico aumentar la natalidad que acudir al sistema de capitalización. La Seguridad Social no fracasará por gobiernos socialdemócratas empeñados en el sistema de reparto : fracasará por pueblos adocenados, sin vitalidad, incapaces de producir eso mismo : vidas. Además de por la insolidaridad de los viejos que se empeñan en no morirse a tiempo como creo haber dicho antes. No vale hacer trampas ideológicas, querido José María. Es impropio de ti.
Volvamos al fraude que nos ocupa en esta primavera convertida en terror de los alérgicos, a nuestra estafa favorita del momento. He dicho desde un comienzo que no entiendo los casos Afinsa y Forum. En especial, no entiendo el porqué de la intervención. Ha sido Hacienda esto es lo único que tenemos claro- quien ha descubierto el fraude. Siguiendo la tesis de la pirámide, ¿es que acaso investiga Hacienda si los bancos o brokers deben emplear el dinero de los demás en invertir en letras del Estado, en renta variable, en sellos, en cuadros o en capital-riesgo? Para mí que no. Lo que Hacienda investiga es si se ha pagado la parte de ganancias que le corresponden al Fisco tras obtener unas plusvalías. Porque lo que sí es cierto es que cualquiera que trabaje con dinero de los demás, la esencia de la economía financiera, es un defraudador en potencia. Nada mejor que un banco o una sociedad de valores para defraudar o blanquear dinero negro. Ahora bien, si este, y eso parece por lo poco que conocemos del caso, es el problema, entonces no se interviene una entidad ni se bloquean los ahorros de los clientes -ahora llamados inversores que es como cuando los políticos demagogos se refieren al pueblo soberano : una manera de llamarle imbécil): lo que se hace es encarcelar a los directivos o trabajadores de Afinsa y Forum, que hayan participado en el engaño. Insisto : ¿De qué estamos hablando en Afinsa: de estafa o de fraude fiscal?
Si se trata, y eso parece, de un fraude fiscal, entonces no comprendo la intervención: es la peor terapia posible. Porque existe una verdad muy palpable en la economía financiera, donde la clave no está en crear y producir, sino en comprar y vender: la imagen tiende a crear la realidad. Esto resulta especialmente cierto cuando hablamos de pánicos financieros. Keynes decía que si los inversores creyeran que cuando llegan la golondrinas la bolsa sube, cuando llegaran las golondrinas la bolsa subiría. De la misma forma, podía haber dicho : di que un banco está en quiebra y el banco quebrará.
Ahora bien, si estamos hablando de una estafa al ahorrador, entonces me callo. Sólo formularé, antes de conocer el sumario, un par de preguntitas:
1. Entre 350.000 ahorradores estafados, ¿no había ninguno que tuviera un cuñado filatélico? Porque si no he entendido mal, cada cliente podía comprobar el valor de los sellos que había comprado (lógico, porque eran suyos). ¿Se imaginan ustedes a 350.000 personas que compran pisos sin asegurarse de la tasación, más o menos independiente, de la vivienda que han adquirido, o simplemente sin comparar con el precio y condiciones de otras viviendas similares?
Por otra parte, nada se ha dicho de las otras inversiones (por ejemplo, en arte) y de su valoración. Si se trata de una estafa, lo primero de lo que debía haberse informado es de la relación entre activos y pasivos. En otras palabras, de cuánto habían invertido en Afinsa y Fórum y cuánto valían los activos de Afinsa y Forum. No sé ustedes, pero en este punto yo sigo huérfano de información. Ya saben: el secreto judicial. Se habla de un desfase patrimonial (encantador concepto) de 3.500 millones de euros. Aún más que el famoso agujero de Banesto, aunque luego se demostrara que el tal agujero no existía salvo que todos los activos valieran cero.
Otrosí: una intervención o expropiación tiene un efecto nefato : deprecia el valor. Había razones para intervenir Rumasa (sobre todo por su grupo bancario) pero la intervención de Rumasa por el señor Miguel Boyer sólo provocó una feroz depreciación de sus activos, vendidos a precio de saldo para beneficio de los amigos del Gobierno socialista, de la misma forma que la intervención de Banesto -y conste que no fue intervención sino cese de sus directivos, que es una medida mucho más adecuada- supuso que el Santander hiciera el negocio de su vida y que la Corporación Industrial de Banesto se depreciara y malvendiera para beneficio de unos pocos aprovechados (el Santander, se lo aseguro, no fue un poco aprovechado : fue el gran aprovechado). Las ganancias de Banesto las disfruta Botín, las pérdidas de Banesto se las pagamos a Botín y a los clientes entre todos y encima le aplaudimos al cántabro por reflotar la entidad que tan malparada dejó Mario Conde. Y reparen -¡Oh maravilla!- en que ningún cliente de Banesto dejó de cobrar su dinero. De hecho, nadie dejó de cobrar y muchos dejaron de pagar, dado que aprovecharon que el Pisuerga pasaba por Valladolid para no pagar al banco. ¿Cómo se solucionó? Pues al modo consuetudinario : a escote, entre todos los contribuyentes.
Con Afinsa puede pasar algo similar: alguien comprará sus activos a precio de risa, y a los ahorradores les pagaremos su dinero entre todos, aunque será el Gobierno quien se lleve el mérito. Espero, al menos, que si se trata de fraude fiscal los defraudadores paguen por ello. Es un triste consuelo, pero
Por ultimo, una intervención genera un pánico financiero, pero también una especie de pánico intelectual, que embota hasta las mentes más lúcidas. Por ejemplo, leo en ABC la siguiente y presuntamente demoledora información. Ojo al dato : La policía interviene 240 millones de Afinsa y Fórum en un banco suizo Gran portada oiga usted. ¿Y qué? Los intermediarios financieros invierten en bancos como el UBS, depositan provisiones, compran acciones, participan en créditos sindicados a través de los grandes operadores, como UBS. Lo lógico es que dos sociedades que movían tanto capital tuvieran fonos (es decir, rentabilizaran el dinero de sus clientes) de UBS y en otros cuarenta grandes bancos u operadores internacionales.
Lo que me lleva a dos muy conclusiones:
1. Puede que los directivos de Afinsa y Fórum hayan estafado a 350.000 ahorradores, en cuyo caso, que se pudran en la cárcel (la frase no es mía, se lo aseguro : es de Margaret Thatcher). Puede que sean defraudadores fiscales, en cuyo caso deben ser sometidos a los correspondientes resarcimientos, sanciones con intereses acumulados y embargos. Pero, en principio, la mayor estupidez que se ha hecho con Afinsa y Forum es la intervención. No sé si una hora antes de esa intervención los activos daban para pagar los pasivos. Lo que sí sé es que una hora después no darán. Seguro.
2. ¿Qué tendrán los escándalos financieros que siempre surgen cuando se produce un escándalo político? En este caso, claro está, el Estatut y la negociación con ETA. Personalmente pienso que hay aspectos, como el matrimonio gay, mucho más escandalosos en España, pero me temo que la mayoría considera mucho más preocupante el problema catalán y vasco. Pues bien, entre Marbella y Afinsa vamos a estar entretenidos un buen rato, pero lo que no vale es hacer lo que podríamos calificar, en economiqués -repugnante lenguaje-, la implementación ideológica de la estafa Afinsa, especialmente en este momento, cuando la pregunta sigue siendo la misma que cuando estalló el escándalo, un 9 de mayo : Cui prodest?
Eulogio López