Este martes Iberia y British Airways anunciaron la puesta en marcha de su fusión tras la aprobación en sus respectivas juntas de accionistas. La compañía resultante, International Airlines Group (IAG) comenzará a cotizar el próximo 24 de enero, volará a 205 destinos, contará con 406 aviones y se convertirá en la tercera compañía de Europa y sexta del mundo por ingresos.
No obstante, para llegar hasta aquí ha sido necesario que uno de los dos ceda más que el otro. La ecuación de canje (53% - 47%) da mayor peso a British teniendo en cuenta su tamaño, pero infravalorando las pérdidas. El fondo de pensiones de la británica tiene un déficit de 4.000 millones que obligó a BA a tomar la decisión de no pagar dividendo en 4 años. Sin embargo, Iberia sí puede ser fuente de dividendo para la nueva compañía.
En cuanto a la integración de nuevas aerolíneas, Willie Walsh y Antonio Vázquez reconocieron este martes en la rueda de prensa en la que se anunció la fusión que la nueva compañía está abierta, pero consideran prematuro hablar de casos concretos. La afirmación aplica tanto a la eterna cuestión sobre la incorporación de American Airlines como a la posibilidad de adquirir otras aerolíneas.
Por ahora , el objetivo es centrarse en las sinergias, cifradas en 400 millones en el quinto año. Antonio Vázquez destacó que se trata de sinergias más basadas en el crecimiento que en el ahorro, si bien el 60% de estas procederán de la reducción de gastos, especialmente en la parte de administración, y el 40% de mayores ingresos.
Mariano Tomás
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