Ignacio Galán se plantó sin previo aviso en la sede de EDF en París y pidió a su presidente, Pierre Gadonneix, un paquete del 12,5% en el proyecto de reactor nuclear de III Generación
O sea, el mismo paquete de ENEL, ahora dueña de Endesa. Iberdrola fomenta la energía eólica en España y Estados Unidos, pero no desatiende los proyectos nucleares en países como Reino Unido o Rumanía. En la compañía aseguran que el vuelco pro-nuclear está en marcha en todo el mundo, para cubrir una demanda creciente de energía barata... y para combatir el calentamiento global. De piedra se quedó el "number one" del gigante eléctrico-nuclear francés, EDF, la eléctrica más capitalizada del mundo. A su sede parisina, próxima al Arco de Triunfo, llegaba diez días atrás Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, quien, por supuesto, no había pedido cita. Gran revolución en Presidencia, pero, todos somos caballeros, Pierre Gadonneix, todos hemos sido educados en colegio de pago, le recibió de inmediato. Ambos mantienen una buena relación desde que Galán llegó a la empresa con sede en Bilbao.El asunto era muy simple. Galán venía a proponerle participar en el proyecto de reactor nuclear EPR, tercera generación, también conocido como proyecto Flamanville, por la localidad de Normandía donde se ha puesto en marcha, con un 12,5% del capital. Estamos hablando de un reactor -aún en tercera generación, ojo, no en cuarta- con una vida de 60 años, frente a los 40 actuales, y con 1.600 MW frente a los 1.000 actuales. En ese proyecto, el propio Nicolás Sarkozy está empeñado en que entren distintos países europeos, a razón de una compañía por país. Lógico, porque el programa nuclear francés aspira a ser el programa nuclear de toda la Unión Europea, frente a los reactores alternativos de las norteamericanas Westinghouse y General Electric.
El primer acuerdo ha sido franco-italiano. EDF y ENEL han firmado un acuerdo por el que la compañía italiana -que necesita desesperadamente energía limpia, esto es, nuclear- tomará el 12,5% del proyecto EPR. Pues bien, justo ese porcentaje es el que ha solicitado Galán para Iberdrola. Conviene recordar que ENEL terminará por controlar Endesa, y Galán ha pretendido adelantarse al italiano Fulvio Conti. Lo lógico es que los franceses vean con mejores ojos a Iberdrola que a Endesa, que al fin de cuentas es italiana... y ellos buscan un socio por país, no dos.
En cualquier caso, Galán se mantiene en su trece. Como ya ha dicho varias veces a Hispanidad.com, él hace la electricidad que le dejan hacer. Por eso, se ha convertido en el primer productor de energía eólica del mundo, sí, pero no descuida su puesto como segundo productor español de energía nuclear, y mantiene opciones abiertas en Reino Unido y en Rumanía... donde le permiten producir KW nucleares.
En Iberdrola, y en todo el mundo energético, están convencidos de que la moda verde es eso: una moda pasajera. Al final, una demanda creciente de energía, unas subvenciones desmedidas a las energías eólica y solar, que encarecen el coste para los ciudadanos y reducen la productividad de las empresas, llevan al vuelco: la energía nuclear -la mejor, además, para al calentamiento global- vuelve a imponerse, guste o no a la generación progre de los años sesenta, que aún permanece en el poder, y a los nuevos jóvenes verdes, especialmente la nueva energía nuclear.
En principio, la respuesta francesa al ofrecimiento de Galán se espera rápida y positiva. Eso sí, podría reducirse el porcentaje solicitado, o los galos no podrán conseguir lo que pretenden: muchos socios pero con Francia controlando la mayoría.