La cuarta entrega del mago más famoso de la literatura, Harry Potter y el cáliz de fuego, es el relato más trepidante de la saga creada por J. K. Rowling. No es extraño que una buena adaptación cinematográfica se traduzca en una excelente película de aventuras.
En esta ocasión ha sido el británico Mike Newell (Cuatro bodas y un funeral) quien ha llevado a cabo este nuevo largometraje. Newell se ha enfrentado a un Harry Potter diferente puesto que, ahora, el héroe de esta famosísima saga es un adolescente con los conflictos propios de su edad, entre los que figura la entrada en su vida del enamoramiento.
Harry Potter y el cáliz de fuego tiene como eje el Torneo de los Tres magos, un popular y peligroso concurso de magia, que enfrenta a los campeones de las tres escuelas de hechicería más famosas del mundo:
Con una trama mucho más oscura y más dramática que las tres películas anteriores (a medida que el protagonista crece esto se va acentuando) Harry Potter y el cáliz de fuego va a encandilar a sus seguidores porque Newell, a pesar de su largo metraje, imprime a todo su desarrollo una gran emoción y ha conseguido plasmar en imágenes la magia del relato literario También merece la pena destacar los soberbios efectos visuales y especiales, la animatrónica (las criaturas tenebrosas creadas para este film) y, por supuesto, el cuidado apartado artístico: el escenario donde se desarrolla el Baile de Gala de Hogwarts provocaría la envidia de la madrastra de
Para: Como la anterior entrega, Harry Potter y el prisionero de Azkaban, la trama de esta nueva película, tanto por su duración de 150 minutos como su desarrollo algo oscuro, no la hacen recomendable para un público de una edad inferior a los 10 años.