Veamos cuáles son las variantes. El nuevo objetivo de Zapatero es conquistar la comunidad foral navarra. El Gobierno le ha prometido Navarra a ETA, y el proceso comienza por una alianza entre socialismo y nacionalismo, al igual que en Cataluña, para las próximas elecciones autonómicas. Moncloa pretende un Tripartito formado por socialistas, Nafarroa Bai e Izquierda Unida. Incluso no se desecha que CDN se sume al acuerdo, aunque parece difícil
El guión se va cumpliendo escrupulosamente, y eso que fue escrito hace muchos meses. El pacto entre Zapatero y Artur Mas, en el que se apoya el 50% de la política del actual Ejecutivo el otro 50% es ETA- continúa. Todo ello tiene el objetivo de aislar al Partido Popular y conseguir que su aislamiento le haga parecer una formación de extrema derecha. Con ello, el Ejecutivo Zapatero conseguiría perpetuarse en el poder y acelerar la ya patente división interna del Partido Popular, roto por las dos concepciones vigentes conservadora frente a democristiana- y por las ambiciones personales de los Gallardón, Zaplana, Aguirre, etc.
Dentro de ese peculiar pacto anticipado (negociado ya está todo, ahora se busca la forma de aplicarlo) entre el grupo terrorista ETA y el Gobierno Zapatero, Navarra se ha convertido en pieza clave de todo el entramado : Batasuna no puede aceptar un cuerdo sin Navarra, entre otra cosa porque sin el territorio navarro, la ensoñación nacional abertzale no tiene sentido alguno : tres pequeños territorios en España unidos a tres territorios minúsculos en Francia, unidos por un cordón umbilical.
Ahora bien, para entregarle Navarra a Euskadi primero hay que ganar la Diputación Foral, del mismo modo que el Tripartito sólo fue posible -en el caso catalán de forma sincrónica- cuando se hubo conquistado la Generalitat. Por esa razón, el PSOE ha diseñado una estrategia cara a las próximas elecciones autonómicas, donde una comunidad de poco más de 60.000 habitantes se convierte en pieza clave del acuerdo entre La Moncloa y a banda terrorista. La estrategia consiste en unir los escaños socialistas y nacionalistas en Navarra, contando aquí los de Izquierda Unida, e incluso ya veremos si el Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN) se adhiere a Unión del Pueblo Navarro (UPN) o al PSOE. Nafarroa Bai tiene un diputado en las cortes tras unir a todos los partidarios de la anexión de Navarra al País Vasco con la exclusión de los violentos de Batasuna. La alianza entre socialistas, Izquierda Unida y Nafarroa Bai insistimos, en principio sin contar con CDN- casi roza la mitad del parlamento Foral. Ahora mismo, de 50 diputados, UPN tiene 23 y CDN 4, el resto de fuerzas alcanzaría los 23 escaños, y Navarra no es inmune a quienes piensan que, con tal que se acabe la violencia terrorista, puede admitirse cualquier cosa. La estrategia parece bastante lógica.
Al final se trata de que las próximas elecciones en la comunidad foral no tengan otra alternativa que Euskadi sí o Euskadi no, aunque en Moncloa desean negar esta evidencia, porque mantienen una postura de fingida firmeza ante el entorno radical abertzale.
A estas alturas, ya sólo la vicepresidenta Fernández de la Vega, cuyas declaraciones se recogen a beneficio de inventario entre los analistas políticos madrileños, defiende que el proceso de paz en Euskadi no exigirá ningún precio político. Los exige políticos, económicos, jurídicos y territoriales. Ya los ha exigido y los está exigiendo. Si el plan del PSOE logra su objetivo, y el Tripartito llega a ocupar el poder en la Diputación Foral, se pondría en marcha, en poco tiempo, una mancomunidad entre Navarra y Euskadi, un órgano de cooperación entre las dos comunidades. En este sentido, Batasuna siente predilección por empezar ese camino hacia la anexión por los municipios, una gestión de Gobierno en la que están comprometidos. Debe quedar claro, en este sentido, que a los proetarras alcanzar cuota de poder en Euskadi o en España les importa poco. Lo que ellos quieren es la revolución socialista, que exige no compartir el poder. Debe ser uno de los pocos grupos de presión en Occidente, incluidos terroristas, que permanecen en el leninismo.
¿Y de dónde partimos? Pues de que la mayoría de los navarros son partidarios de permanecer en su régimen foral. No son partidarios, en resumen, de la anexión.
Demográficamente, el problema es que muchos navarros se han marchado y empadronado en otros lugares de España. Los abertzales navarros, por el contrario, son poco amigos de abandonar el terruño. El padrón podría jugar malas pasadas a los partidarios de una Navarra no absorbida por Euskadi, tanto en las próximas elecciones como en un posible referéndum sobre anexión.
Ahora bien, el principal problema con el que cuentan los socialitas son los propios socialistas navarros. Durante la transición democrática, los socialistas navarros incluido el hoy liberalísimo Carlos Solchaga, fueron partidarios de la integración entre Navarra y Euskadi, hasta que se dieron cuenta de que con esa postura nunca ganarían las elecciones autonómicas. Luego modificaron su postura, con la llegada de una nueva generación de socialistas navarros. Hoy, la inmensa mayoría de sus diputados autonómicos, así como de sus votantes, son claramente partidarios de una Navarra en solitario no ligada al País Vasco. ¿Cómo logrará Zapatero que cambien de actitud? Presionarles ahora cuando ya se empiezan a confeccionar las listas electorales, es una posibilidad.
Y en el entretanto, ¿qué piensa el mundo económico sobre el plan Zapatero para un tripartito navarro? Nada bueno, desde luego. Los empresarios navarros braman contra quien le hable de anexión e incluso, no convine olvidarlo, la banda terrorista ha tenido la desfachatez de comunicarle al Gobierno Zapatero que las cartas de extorsión enviadas a empresarios navarros se firmaron después de la tregua porque se trata de empresarios que no habían pagado antes de la tregua. O sea, que eran morosos.
Pero si la política es el arte de lo posible, la economía, en especial los intereses empresariales, constituyen el arte de fomentar lo posible y hasta lo imposible, con tal de que nada cambie y la rueda de la producción siga funcionando. Muy pocos empresarios, tanto en Euskadi como en Navarra se han negado a pagar el impuesto revolucionario de ETA y se han atrevido a arrostrar las posibles consecuencias. Por eso, los empresarios, en esta pelea, no es que cuenten poco : es que no cuentan nada.
Y todo esto no demuestra sino que José Luis Rodríguez Zapatero es el presidente más ignorante, insensato y resentido que haya tenido España durante los últimos 30 años, pero, no lo duden, también es el que posee un mayor olfato político, eso a lo que los tontos llaman suerte. Nadie como él sabe excitar los instintos más primarios de cada colectivo social par enfrentarlos y convertirse en el más favorecido de cada situación. Ha conseguido que los españoles estén más crispados que nunca pero, al mismo tiempo, que consideren que Zapatero es el único pacificador posible. Nunca los españoles se vieron rodeados de tantos incendios, pero tampoco nunca habían reaccionado solicitando que el pirómano acuda a apagar las llamas. El líder socialista consiguió llegar al poder de carambola, merced a un país dominado por el síndrome de Estocolmo tras los atentados del 11-M. hasta, ese síndrome se ha convertido en estructural. O dicho de otra forma, el 11-M ZP se aprovechó del síndrome, ahora se ha convertido en el síndrome mismo, en el gran especialista. Si para mantenerse en el poder hay que entregarle Navarra a ETA, no importa: se conseguirá, gracias al miedo de la gente a la violencia terrorista. Un detalle: he pasado este fin de semana de puente en Navarra y he podido comprobar algo tremendo : la izquierda navarra, también la no abertzale, ya está diciendo que lo que ocurre es que Sanz no quiere la paz. Les recuerdo a nuestros amigos hispanos que Miguel Sanz es presidente de Navarra y líder de UPN. Simplemente, porque ha dicho algo tan evidente como que el PSOE ha vuelto al pro-vasquismo, y que eso sabrá con la identidad de Navarra, que es foral (Por cierto, a mí no me gustan los fueros navarros, pero esa es otra cuestión)
Eulogio López