Sr. Director:
Nacido en Barcelona el 21 de febrero de 1917, ha fallecido el día 25 de junio de 2011 en su domicilio de Madrid después de una vida fecunda de magisterio y apostolado.

 

Con estas líneas en su homenaje quiero expresar mi gratitud por su ejemplo y los aspectos de mayor importancia de su presencia entre nosotros.

La impronta de su preocupación por los demás le marca ya al quedar huérfano de forma prematura siendo el mayor de ocho hermanos y, aunque sigue con sus estudios de bachillerato en el colegio de Nª Sª de la Bonanova de Barcelona, su vida será ya una continua referencia a la solución de problemas ajenos tomados como propios. Con motivo de la Guerra Civil en 1936 sirve en la Tercera Brigada Navarra en una unidad antitanques y termina su servicio en el Regimiento de Flechas Azules como alférez provisional.

Casado desde 1945 con Teresa Regí, tienen siete hijos. Licenciado en Derecho en 1939, prepara notarías de la mano de Ramón María Roca Sastre y obtiene la oposición en 1942. Como notario, ejerce sucesivamente en Torroella de Montgrí, Malgrat, Arucas, Logroño y accede a Madrid por oposición en 1949 donde desarrolla su actividad hasta 1987, siempre con la buena fe, la experiencia y la ciencia como lema esencial.

En estos años, desde 1944 hasta 2006, escribe más de 24 libros de derecho civil, además de numerosos artículos y monografías en materia de derecho sucesorio, donaciones, hipotecas, derecho de cosas y garantías reales, obligaciones, contratos y derecho de sociedades..; la erudición, minuciosidad y buen sentido de su tarea le proporciona reconocimiento y premios, pero lo que a él le parece más importante es que le permite deducir la "Metodología de la ciencia expositiva y explicativa del  Derecho", trilogía que quizás constituye su aportación de mayor importancia científica.

Como complemento de sus actividades como notario y estudioso, despliega una amplia actividad en lo que hoy se denominaría la "sociedad civil" de su ámbito:  ingresa como Académico de número en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación en 1963; desde 1965 es vocal de la Comisión Permanente de Códigos donde colabora varios años; Doctor por la Universidad de Madrid en 1965; elegido vicepresidente de la Unión Internacional del Notariado Latino de 1963 a 1965, presidente entre 1977 y 1979 y actualmente era presidente de honor de esta institución; representante electo del Instituto de España en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en el bienio 1973-75; secretario general de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación desde 1977; miembro de la mesa y canciller del Instituto de España en 1977 y censor desde 1985; numerario de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas desde 1986; miembro correspondiente del Institut d´Estudis Catalans desde 1974 y del Instituto di Diritto Agrario de Florencia desde 1978; doctor "honoris causa" de la Universidad Notarial de Argentina desde 1978 y de la Universidad Autónoma de Barcelona desde 1985; miembro del Consejo de Estado en 1995; doctor "honoris causa" de la Universidad de Cervera; y premio Puig Salellas del Col-legi de Notaris de Catalunya en 2010.

Trabajador infatigable y generoso, entiende que la ciencia, para ser fructífera, debe nacer de la buena fe del estudioso y basarse en la experiencia como garantía de su adecuación. Practica el método realista, de abajo arriba, que le lleva desde el dominio del derecho civil concreto hasta la filosofía del derecho a la luz de los principios del derecho natural, y desconfía del enfoque idealista, de arriba abajo, porque la utopía aplicada lleva a situaciones inhumanas.

Su vitalidad intelectual le lleva a fundar la Asociación de Amigos de la Ciudad Católica en 1961 junto a un grupo de intelectuales católicos (en el que se dan cita Eugenio Vegas, Rafael Gambra, José Antonio García de Cortázar, Gabriel de Armas, Francisco Canals, Germán Alvarez de Sotomayor, José María Petit, Francisco de Lucas, Francisco Gomis, Gabriel Alférez, Julián Gil de Sagredo, Gonzalo Cuesta, Gonzalo Muñiz, José María Carballo, José María Gil Moreno de Mora, Patricio Jobbé-Duval, Augusto Díaz-Cordovés, Alberto Ruiz de Galarreta, Francisco José Fernández de la Cigoña, José María Nin de Cardona, Vladimiro Lambsdorff …), y a editar la revista VERBO, en la que publica artículos, recensiones e ilustraciones con recortes de periódico durante los siguientes 50 años, animando a publicar a tantos otros que allí encontraron un recinto de libre expresión de sus ideas dentro de la advocación principal. Además de ser el "alma mater" de la revista y de los Congresos anuales, participa activamente en la constitución de la Fundación Speiro y de la Fundación Francisco Elías de Tejada y Erasmo Pércopo de las que era presidente.   

Con similar metodología realista expone su visión aplicada del derecho público en más de 12 libros no jurídicos, entre los que destacan "Sociedad de masas y derecho", "Ideología, praxis y mito de la tecnocracia" y "Cuerpos intermedios, representación política y principio de subsidiariedad", además del "Montesquieu: leyes, gobiernos y poderes" premiado por la Academia Montesquieu de Burdeos.

Publica además numerosos trabajos monográficos no jurídicos en la Revista de Estudios Políticos, Revista Internacional del Notariado, Anales de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, Anuario de Filosofía del Derecho, Estudios Filosóficos, Revista Cristiandad, Revista Permanences, Revista de la Asociación de Escribanos del Uruguay, Revista de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Filosofia Oggi y otras muchas que no desmerecen en cuanto a trayectoria y calidad.

Resumida su importantísima labor como jurista y como científico social, queda añadir que era tomista y agustiniano, un poco franciscano, siempre en la línea romana profunda, atento a los avances de la ciencia física, y que su apostolado laico pretende propiciar la venida del Reino de Dios para todos y cada uno.

De aquí su sencillez deportiva, su poso alegre y su humildad intelectual; también su comprensión con los discrepantes y el diálogo honrado que siempre hemos disfrutado los que tuvimos la suerte de tratarle. Un ejemplo de elegancia y de compromiso para un tiempo desfallecido en el despotismo de los ilustradignados, que reinan como si no estuvieran, también ellos, de paso. Descanse en paz.

José Antonio Santos