Le llaman el banco malo, pero más bien habría que denominarlo el banco sucio.

A Wall Street le hace mucha ilusión colocar en él todas sus miasmas y que el contribuyente, o la máquina de hacer dinero, se haga cargo de ello. Pero la máquina pasaa factura en forma de inflación y los contribuyentes, bueno, ¿por qué tienen que pagar los excesos de los intermediarios?

Y, ante todo, ¿por qué Obama el proge tiene que hacer que todos paguen, no ya el daño provocado por unos pocos, sino a esos pocos... sinvergüenzas?

No es para extrañarse. Si progresismo y plutocracia empiezan por la misma letra por algo será. Al final, Obama, como buen progre, les va a quitar dinero a los pobres para dárselo a los ricos, por ejemplo a través del banco sucio.

No estamos aprovechando la crisis para limpiar el podrido sistema del capitalismo financiero, que sería algo tan sencillo como lo siguiente. Que las empresas que tienen que quebrar, quiebren. ¿Y si son bancos? Con mayor razón. El Estado, como mucho, sólo debe proteger los depósitos a la vista.

La progresía dominante, ahora liderada por Obama, está haciendo justo lo contrario.

Pero eso sí, lo hace, a beneficio de los huérfanos y de los pobres de la capital.

¡Grande sos Obama!

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com