Mons. Ravasi habla de la laicidad de España, ahora como cabeza visible de esta tendencia, por delante incluso de la Francia laica. Y es cierto en parte: lo que se da en España es laicismo, es decir, una actitud beligerante contra la Iglesia y quizás por eso la presencia del Santo Padre en España, para dar ánimos en esta batalla, aunque Mons. Ravasi no lo quiere llamar así. Lo que parece claro es que aunque esta confrontación es de tipo intelectual, y el primero que la ha practicado es el Papa Benedicto XVI, la Iglesia tiene que ofrecer un rostro claro, con la Verdad por delante, sin agresividad, como dice el arzobispo, pero sin echarse para atrás.
El laicismo que han impuesto los diferentes gobiernos españoles ha ido arraigando poco a poco en la sociedad de manera que se pretende una liberación definitiva de la religión, pero es curioso que como dice el arzobispo, en ese intento de alejarse de cualquier aspecto de tipo espiritual, se produzca un crecimiento tan espectacular de la espiritualidad oriental, la magia (¡ya llega Halloween!), la superstición, las cartas astrales, etc Por lo que resulta que la religiosidad a lo mejor no es algo meramente externo al hombre sino que es parte esencial de él, aunque sea con manifestaciones diversas.
El laicismo ha logrado, en parte, esa liberación definitiva, pero la gente ha caído en creencias de todo tipo que, en el fondo, no responde a las inquietudes del hombre. La visita del Papa puede ser una ocasión para reforzar las raíces cristianas propias y hablar de forma clara, en una posición de frontera.
Juan María Piñero
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