Desayuno de trabajo en un céntrico hotel madrileño. La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, comparecía ante el Foro de la Nueva Sociedad para explicar los proyectos de su Ministerio. Le preguntan si tras la dimisión de Barbacid, el recorte presupuestario y la salida de Carlos Martínez, se ha planteado su propia dimisión. Por supuesto, responde que no porque a pesar del recorte presupuestario, nunca ha habido debate con el secretario de Estado. Asegura que todos sabemos que entramos en política por un tiempo en concreto para un objetivo concreto. O sea, sugiere que lo ha cesado, no que se haya ido. Mucho. Porque Carlos Martínez ha sido el ministro en la sombra durante todo este tiempo.
Es más, señala que ahora se necesita otro perfil. A saber: dialogante, negociador y gestor. ¿No lo era Carlos Martínez? Eso sí, al enemigo que huye, puente de plata. Me ha ayudado mucho a consolidar el Ministerio y espero poder seguir apoyándole en su labor investigadora porque es uno de los mejores investigadores que tenemos en España.
Sobre Barbacid, asegura que la decisión fue suya y personal: abandonar la gestión para dedicarse a la investigación, donde podía aportar todo su talento. O sea, que no tiene nada que ver con el recorte presupuestario. ¿Más cambios organizativos? Todos los que están al frente de organismos públicos son magníficos gestores y todos han sido ratificados.
Por lo demás, Garmendia insiste en que para el 2010 todos los proyectos de investigación están asegurados. Tirarán del remanente de los organismos de investigación y realizarán el ajuste presupuestario en gasto corriente, renovación de mobiliario, etc. Eso sí, para el 2011, la cosa está más difícil, así que ya anuncia que empezarán a trabajar en enero para empezar a definir la estrategia presupuestaria. Sobre su compromiso, formulado en APIE, de que el conjunto de la inversión pública en I D i subiría en el 2010 entre un 10 y un 12%, nada de nada. Ahora recula y asegura que habrá recorte presupuestario. Humildad obliga. La diferencia entre antes y ahora es la salida de Carlos Martínez, el que ahora afirma sentirse liberado. No es extraño que la ministra se excite cuando se le pregunta sobre la cuestión.