Con la expulsión de Gallardón, Rajoy se garantiza cuatro años más al frente del PP, aunque pierda las elecciones
El alcalde está triste. Alberto Ruíz-Gallardón lamentó este miércoles que, después de su dedicación de más de 30 años al servicio del partido, no haya visto satisfecho su deseo de figurar en las listas del PP para el Congreso de los Diputados: "En política a veces se gana, y a veces se pierde, en este caso, quien les habla, evidentemente, ha sido derrotado en esa aspiración".
Lo cierto es que no quería simplemente aparecer, sino ser el número dos de Rajoy, se supone que para "ayudarle" si el líder del PP no podía con Zapatero el 9 de marzo. De hecho Rajoy advirtió en la noche del martes que no quería "administradores de su derrota". Con la muy salomónica solución de no introducir ni al alcalde de Madrid ni a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre –previa dimisión-, en las listas al Congreso por Madrid, Rajoy se ha quitado de encima a dos de sus posibles sucesores. En definitiva, si pierde las elecciones (a día de hoy lo más probable), no dimitirá, sino que se mantendrá otros cuatro años al frente del partido. A fin de cuentas, ¿quién se atrevería a plantarle batalla? Rodrigo Rato está quemado políticamente desde que trabaja para Botín, por lo que el único candidato posible sería el propio José María Aznar.
Después del 9 de marzo Gallardón se planteará su continuidad en política y ha pedido para esa fecha el voto para Mariano Rajoy. ¿Dardo envenenado? Cuesta creer que un animal político como el alcalde de Madrid se dedique a sus 49 años y en pleno auge de su carrera a dirigir un despacho de abogados o a ser consejero de un banco.