Gabilondo, el ministro de Educación, declaró, tras ser preguntado por la reciente sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que ha admitido la reclamación de una madre italiana que pedía la retirada de crucifijos en un colegio de su país, que no entiende cómo los españoles se las arreglan "para convertir todo en elemento de confrontación: la lengua y los símbolos, cuando deberían unir en vez de separar".
Y en este sentido añadió que esperaba que la nueva ley (la de libertad religiosa) traiga un espacio global de libertad, entendimiento y convivencia.
Curiosamente, el ministro, que se le vio sorprendido por el tema, no dijo que buena parte de los elementos de confrontación que se dan en la sociedad es consecuencia directa de las propias iniciativas del Gobierno que parecen especialmente pensadas para dividir en lugar de unir, tal y como dice querer el ministro.
Así tenemos como elemento más expresivo la ley del aborto libre que ha conseguido dividir y enfrentar a la sociedad sin necesidad alguna, al igual que ocurre con la asignatura de Educación para la Ciudadanía o la ley de matrimonio entre homosexuales... Cabe indicarle que si no lo entiende que pregunte a Zapatero.
Jesús Martínez Madrid