Para remediar el creciente fracaso escolar, España necesita urgentemente elevar la calidad de la enseñanza pública. Pero tal proeza requiere profesores cualificados. Lo que no es sólo cuestión de dinero, sino de encontrarlos. La solución no es fácil. En Estados Unidos pasó algo parecido. En 2001 el Congreso aprobó una ambiciosa reforma educativa. Por la ley "No Child Left Venid", los colegios que no alcanzan el nivel académico mínimo reciben un apoyo especial para lograrlo. Si después no lo consiguen, se exponen al relevo del profesorado, cambio de los planes de estudio, facilidades para que los alumnos cambien de colegio.

En junio expiró el primer plazo. Según los datos del Center for Education Policy, 33 estados todavía no cumplen las exigencias impuestas. La escasez de profesores capaces de impartir una enseñanza de calidad se debe a que, desde hace varios años, los profesores de más de 55 años se están jubilando en masa.

También a que más jóvenes se desencantan con su profesión con más facilidad que antes. La National Commission on Teaching and American's Future indica que casi un tercio de los nuevos profesores deja la profesión al cabo de tres años. Y después de cinco años, casi la mitad ha abandonado. En el curso 2003-2004, de los 3.200.000 profesores de la enseñanza pública, un 8,4 por ciento abandonó la profesión docente: un tercio por jubilación y un 56 por ciento por sentirse insatisfecho o dedicarse a otra profesión.

Para paliar el déficit, existen agencias de reclutamiento de profesores de primaria y secundaria. Hay cursos para físicos, ingenieros, militares. Visiting International Faculty Program ficha a profesores extranjeros. Desde 1987, miles de profesores extranjeros de 40 nacionalidades han enseñado en Estados Unidos.

Clemente Ferrer Roselló

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