Y yo que pensaba que lo que la ciudadanía demandaba era trabajo. Pues no señor, asegura el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, insiste en que lo que los españoles anhelan cada mañana, al echar pie a tierra, es una ley de muerte digna.

Esta es la cuestión por la que suspiran los españolitos de a pié. Pero Jáuregui es hombre riguroso, así que concreta. La ley "responde a una demanda de la ciudadanía, que es la de que al final de la vida no hay que extremar el sufrimiento del que muere, sino que hay que facilitar ese tránsito".

No sabía yo que familiares y médicos, ahora mismo, sin ley de eutanasia, se dedicaban a extremar el sufrimiento de los parientes terminales, pero es igual: el Gobierno, siempre pendiente de las demandas sociales, se anticipa a ellos para "facilitar el tránsito". No se sabe si para facilitar o para acelerar, porque los sedadores más progresistas aprietan el acelerador que es un gusto y en un santiamén han facilitado todos los trámites a paciente y enterrador.

Lo que no sepa Jáuregui...

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com