Ni el PSOE ni el PP se atreven con la gran reforma: reducir el tamaño del Estado. Tendrían que hacerlo conjuntamente y Rubalcaba se niega. Zapatero, rendido, estaría dispuesto a convocar. Las agencias de riesgo, los mercados y la prensa internacional se ensañan con la bolsa y las empresas españolas. Los fracasos de Santander y Telefónica en los mercados ahogan a la Bolsa española y las privatizaciones del Gobierno.

Los fracasos de la colocación del Santander y la decisión de Telefónica de paralizar la OPV de Atento ahogan a la Bolsa española y han encendido las luces de alarma. Ahora resulta que los mercados financieros no quieren saber nada de las empresas españolas, a pesar de ser de las más rentables del mundo. Y como en la economía financista todo depende de los prestamistas, pintan bastos.

 

Europa, comandada por la canciller alemana Ángela Merkel, exige a España que reduzca sus prestaciones sanitarias y el peso del Estado. Exige, en resumen, elecciones anticipadas porque considera que con ello se conseguiría abordar la gran reforma: la reducción del sector público, aunque es muy dudoso que éste sea el camino.

Pero, ojo, no se trata de reducir organismos públicos y el número de funcionarios, que también, sino de reducir subvenciones públicas. Si leen el magnífico resumen de prensa que elabora para Hispanidad José Ángel Gutiérrez, correspondiente a la edición actual, se darán cuenta de qué estoy hablando. Ojo al dato: "las agencias de riesgo hacen negocio con la crisis española", "la colocación de la deuda eléctrica costará más de 30.000 millones de euros", "el gasto duplicado en organismos públicos ronda los 32.300 millones de euros", "las comunidades crean 220 entes públicos desde el inicio de la crisis", "las autonomías gastan 12.700 millones de euros en pagar a su personal". En definitiva, el principal reto de la economía española es reducir el tamaño el Estado, del central, el autonómico y el local y, al mismo tiempo, una reforma fiscal que promueva la creación de pymes y autónomos para que la economía española crezca y cree empleo… aunque esta segunda parte a Bruselas le importa más bien poco.

La prensa internacional, especialmente Financial Times y Wall Street Journal, siempre hostiles a España, consideran que los españolitos debemos apretarnos aún más el cinturón -hasta quedarnos en los huesos- para convertirnos en laboratorios de la nueva economía mundial, consistente en que toda la economía real se ponga al servicio de los mercados financieros y de la deuda soberana.

De puertas adentro esto significa o bien las mencionadas elecciones anticipadas, que probablemente paralizaría el proceso de reformas otros seis meses, o un pacto de Estado entre el PP y el PSOE. Rajoy no está muy dispuesto a darle un balón de oxígeno a un Gobierno que sólo piensa en permanecer a cualquier precio. Por su parte, Zapatero y Rubalcaba están empeñados en el 'frente popular', una alianza entre socialistas, comunistas (Izquierda Unida) y nacionalistas que sume más escaños que el PP. Mientras, el PP, a través de su secretaria general, Dolores de Cospedal, ha vuelto a reclamar elecciones anticipadas.

Es más, Zapatero probablemente estaría dispuesto a adelantar elecciones, pues se siente vencido y apenas sale de Moncloa. Además, es él quien sufre las presiones de las potencias europeas. Pero Rubalcaba no. Su única esperanza para ser presidente del Gobierno consiste en el precitado Frente Popular por lo que no duda en alargar la agonía y hacer concesiones a los nacionalismos más radicales, como ha hecho con Bildu

Rubalcaba sólo aceptará convocatoria anticipada en el caso de que se vea forzado a ello por un colapso económico que, en efecto, podría llegar. Un colapso que resultaría de la coincidencia de dos vectores: el chantaje financiero europeo a la deuda española -que incluso obligará a vender a precio de risa las privatizadas AENA y Loterías- y de la desconfianza en la capacidad de gestión económica del Ejecutivo Zapatero, no fuera, sino entre los españoles.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com